La enfermedad animal conocida como lengua azul ha matado en diez días a 500 ovejas en la zona de Santa María de Nava y, en menor medida, en Puebla del Maestre, Pallares y Montemolín, en la comarca de Tentudía, al sur de Extremadura, cerca de la frontera andaluza. Solo en Santa María de Nava hay 10.000 cabezas de ovino, de las que se estima están enfermas 3.000 y podrían morir el 20%, según confirmó Carmelo Domínguez, único veterinario oficial encargado de certificar la muerte de los animales en esta zona de la región.

La Junta informó ayer de la aparición de un foco en Montemolín, procedente de Andalucía, con cinco animales muertos, pero ese dato corresponde a la primera semana de septiembre, cuando se detectó la enfermedad. Al día de hoy hay medio millar de ovejas muertas cuyas actas la Junta aún no ha podido recibir en su totalidad, ya que el encargado de hacerlas no ha tenido tiempo de enviarlas; de ahí que el Ejecutivo solo hable de 5 muertes y de una explotación. Ahora, el laboratorio de Algete debe confirmar los casos.

Para retirar a esos animales, algunos de los cuales llevaban varios días muertos, la Consejería de Agricultura --el departamento de Sanidad Animal-- comenzó ayer a retirarlos en varios camiones durante la mañana.

La situación es tal que a partir de ahora se "va a comenzar a pedir que se empiecen a sacrificar animales", aseguró a este diario Carmelo Domínguez, que también es uno de los ganaderos afectados por el brote.

La enfermedad reaparece en Extremadura después de dos años y medio sin casos, aunque en esta ocasión el virus es del tipo serotipo 1 --entonces fue el 4-- y no hay ninguna vacuna contra esta enfermedad. A este respecto, la Junta señaló ayer que cuando esté preparada la vacuna "procederá a la vacunación de la cabaña ganadera extremeña contra el virus del serotipo 1, de la misma manera que ya se ha hecho contra el serotipo 4".

MEDIDAS DE CONTROL Además, la Consejería de Agricultura reitera que "se han reforzado e intensificado las medidas de vigilancia y control de las explotaciones próximas a la afectada en Montemolín --donde se detectó el primer foco--, y se hará un seguimiento e investigación del desarrollo de la enfermedad en la región". Lo cierto es que los ganaderos de la zona lamentan que hasta ayer el Ejecutivo regional no empezase a retirar los animales de las explotaciones.

De hecho señalan que los camiones han llegado tras una reunión mantenida el pasado martes entre los afectados y responsables de la Administración autonómica. Anoche mismo estaba prevista otra reunión en Montemolín entre los ganaderos y autoridades locales para analizar la situación y reclamar ayudas económicas que palien en algo las innumerables pérdidas que aseguran van a tener.

El veterinario que atiende los casos detectados argumenta que la proximidad de la zona con Andalucía --se han detectado focos muy abundantes en la sierra norte de Sevilla-- y las tormentas de agosto han provocado al masiva llegada de mosquitos que han transmitido la enfermedad.

Además, se han empezado a ver "casos sospechosos" en Trasierra y Fuentes del Arco que se podrían concretar en más focos. "Aquí se va a liar una buena", comenta, mientras muestra la gravedad de la situación y los animales manifiestan los síntomas de la enfermedad.

Ante esto, "lo único que puede hacer la Administración es indemnizar a los ganaderos", aunque matiza que éstos no verán compensadas sus pérdidas.

Desde estas localidades, como en es el caso de Montemolín, su alcalde, Juan Elías Mejías, se queja de que "la Junta está un poco callada" en este asunto, teniendo en cuenta que hace más de diez días que aparecieron los primeros focos.