Cansada y con esfuerzo por su estado de salud, Leonor Flores atiende amablemente la llamada telefónica de EL PERIODICO EXTREMADURA tras conocerse su sustitución al frente de la Consejería de Cultura y Turismo a causa de una enfermedad que le afecta a la sangre.

--¿Cómo se encuentra en esta difícil situación para usted?

--Estoy con la salud delicada, porque es una enfermedad inmune, que produce la ruptura de los hematíes y que no me permite trabajar nada, pero aunque me vaya recuperando, no estaré nunca al cien por cien, y al verme mermada le he pedido al presidente que antes de estar en el cargo al treinta o cuarenta por ciento ponga a otra persona en mi lugar.

--Además, usted conoce bien a Manuela Holgado...

--Nombrar a Manoli es un acierto, porque tiene una gran capacidad de trabajo, responsabilidad y conoce muy bien el trabajo de la consejería.

--¿La mejor medicina será ver a Cáceres como capital cultural europea en el 2016?

--Ojalá, sería una buena medicina. He trabajado mucho en el proyecto y me gustaría poder estar en el centro de artes visuales Helga de Alvear, al igual que el Palacio de Congresos de Cáceres. Estoy muy satisfecha porque el programa electoral está más o menos cumplido.

--¿Con qué se queda de su etapa en el Gobierno extremeño?

--Me quedo con muchas cosas. Quiero agradecer al expresidente Rodríguez Ibarra y a Guillermo Fernández Vara que me hayan dado la oportunidad de trabajar con ellos y aportar lo que yo pudiese, incluso con riesgos porque no soy una política al uso. Por destacar algo, creo que merece una mención la política en materia de dependencia, porque incluso nos adelantamos a la ley; también el plan sociosanitario, por el que el presidente Vara fue premiado. Además en materia de Cultura y Turismo se me ha permitido hacer muchas cosas, como el plan de las artes escénicas, la transformación de la red de hospederías, los centros de interpretación, la feria ornitológica; en fin, han sido tantas cosas...