El eje común de las reformas de las organizaciones comunes de mercado (OCM) del aceite de oliva, tabaco y algodón aprobadas ayer por el Consejo de Agricultura en la UE es el denominado desacoplamiento: la cuantía de las ayudas se concederá independiente de la producción de las explotaciones. Los cambios entrarán en vigor en el año 2006. Lo aprobado ayer modifica las reglas del juego en dos sectores clave para la economía extremeña: el tabaco y el aceite de oliva.

Adiós a las ayudas a la producción de aceite

El sistema de ayudas proporcionales a la producción se ha terminado. Desde el 2006, al menos un 60% de las ayudas se convertirán en un pago único desvinculado de la cosecha, para las explotaciones de más de 0,3 hectáreas. Los países podrán aumentar este índice de desvinculación. El resto lo reparten los Estados miembros dentro de un "sobre nacional" según criterios ambientales.

El cálculo de la ayuda de cada agricultor se hace según un período de referencia de cuatro campañas, entre 1999 y 2003. Para calcular los techos de los fondos nacionales se tiene en cuenta el período entre 2000 y 2002. Los Estados miembros podrán dedicar a medidas del fomento de la calidad el 10% del dinero asignado dentro del sobre nacional. No se darán las ayudas a las solicitudes por debajo de los 75 euros. Se añade un presupuesto de un millón de euros para Francia y 19 para Portugal, por regularizar plantaciones jóvenes, posteriores al 1 de mayo de 1998, previstas en programas ya aprobados.

En el periodo 2004-2005 se aplica el actual régimen de subvenciones para un máximo de 760.000 toneladas de aceite de oliva en España y seguirá vigente el sistema de penalizaciones por sobreproducción. El sistema aprobado beneficia más a las comunidades de producción intensiva, como Andalucía, ya que las ayudas se calcularán en función de derechos históricos.

El tabaco: pudo ser peor para el norte extremeño

El tabaco, pese a lo que se pensaba, ha salido mejor parado que los otros dos sectores. Con el nuevo sistema, el 100% de las ayudas a los agricultores que obtienen menos de cinco toneladas se desvincula de la producción. Para los que cosechan más de 5 toneladas se establece un período de transición entre 2006 y 2010, durante el cual al menos un 40% de la ayuda se convierte en el pago único desvinculado y puede permanecer ligado a la producción hasta un 60% de los fondos para el cultivo.

Este pago unido a la producción beneficiará a los agricultores de zonas Objetivo 1 (renta por debajo de la media de la UE, como Extremadura y Andalucía) o a los cultivadores que obtengan variedades de una cierta calidad. Desde el 2010, toda la ayuda se dará desligada de la producción; un 50% va al pago único y el otro 50% a programas para reestructuración del sector, dentro de la política de desarrollo rural --para promover otras actividades en el campo distintas a la agricultura--. No obstante, en los años 2004 y 2005 se aplica el sistema actual. Los países adherentes que producen tabaco podrán continuar en 2007 y 2008 los pagos complementarios nacionales a este sector, siempre que estén desvinculados de la cosecha.

Efectos indirectos de la reforma del algodón

Este cultivo, extendido sobre todo en Andalucía, ha recibido un mazazo que puede afectar indirectamente a Extremadura, donde no se cultiva. El 65% de las ayudas se convierte en un pago único desvinculado de la producción. El 35% restante se destina a una prima por hectárea. Para España el importe de esa nueva ayuda es de 898 euros por hectárea. Existe el riesgo de que los algodoneros pasen a cultivar tomate de industria en Andalucía, saturando aún más un sector clave para Extremadura.