Corría el 14 de noviembre del 2008. De eso hace ahora casi un año. El presidente de la Junta reunía a 500 cargos de su administración para plantearles que la crisis económica, entonces galopante, apremiaba la necesidad de apretarse el cinturón . Aquel día, en el Palacio de Congresos de Mérida se trasladaba a la opinión pública una serie de medidas de contención del gasto público en la Junta que gracias al acuerdo suscrito ayer por el PSOE y el PP se extenderán también al resto de las administraciones extremeñas. Por cierto que entonces se habló de alojarse en hoteles de tres estrellas como máximo, y ayer se firmó un código ético del buen gobierno que permite reservar habitaciones en los de "categoría no superior a cuatro estrellas".

Sin embargo, no fueron las propuestas lanzadas por Fernández Vara a sus consejeros, directores generales, asesores y jefes de servicio presentes en la macroreunión las que desencadenaron un proceso de diálogo que culminó ayer con la firma del acuerdo entre el propio presidente de la Junta y el líder de la oposición, José Antonio Monago. Ese mérito debe atribuirse a un coche que ese mismo día centró las miradas de muchos de los asistentes al acto. La vicepresidenta segunda y consejera de Economía, Comercio e Innovación, María Dolores Aguilar, se presentó a bordo de su flamante coche oficial: un Lexus valorado en unos 70.000 euros.

Las críticas de la oposición sonaron con tanta fuerza a partir de entonces que los intentos de la Junta por justificar la compra de un vehículo propulsado por un motor híbrido basándose en su reducido consumo de combustible no fructificaron, y la vicepresidenta se vio obligada a devolver el coche al concesionario. Incluso presentó su dimisión, aunque esta no fue admitida por Vara.

A partir de entonces comenzó una negociación entre las cúpulas de los dos partidos mayoritarios que no siempre fue bien acogida entre sus militantes. El caso más sonado ha sido el del alcalde de Badajoz, Miguel Celdrán, que hasta el pasado mes de septiembre no dio su brazo a torcer y no confirmó que suscribirá el acuerdo alcanzado.

Según dijo entonces, un político debe ser "honesto, honrado y con sentido común", y subrayó que las buenas prácticas se aprenden en casa, por lo que no considera necesario un acuerdo de estas características. El propio Celdrán sufrió el acoso derivado de la adquisición de un nuevo coche, en este caso un Volvo valorado en unos 50.000 euros, que no devolvió. El acuerdo ya está firmado, y no se oyen voces en contra. Ahora solo falta esperar a que entren en vigor en todas las administraciones y que se cumplan sus medidas, durante y después de la crisis.