La Ley de Igualdad cumple su primer año de vigencia y el balance, para los agentes sociales, es positivo: se han reconocido derechos y prestaciones a las mujeres trabajadoras, se ha incentivado la participación de los varones en las labores domésticas mediante el permiso de paternidad, hay mayor presencia de mujeres en los ayuntamientos extremeños y se han dado los primeros pasos para implantar políticas de igualdad en las empresas. Sin embargo, quedan pendientes aún objetivos a más largo plazo como la incorporación de planes de igualdad en los convenios colectivos, la equiparación salarial o la reducción del paro femenino y la mejora de las condiciones laborales.

La normativa entró en vigor el 23 de marzo del año pasado con el respaldo de todos los partidos del Congreso y el Senado a excepción del PP, que se abstuvo en las votaciones por considerar que la exigencia de presentar listas paritarias en las elecciones vulnera preceptos constitucionales sobre la libertad de los partidos políticos a confeccionar sus candidaturas. Hoy, 380 días después, los dos principales sindicatos en la región reconocen que aún es pronto para valorar la eficacia real de una normativa tan amplia, aunque en UGT aseguran que el balance es "positivo", mientras que en CCOO son más cautos y reconocen "avances".

Hay distintos ámbitos en los que la desigualdad entre hombre y mujer sigue siendo palpable: el 8% de las mujeres asegura sufrir discriminación en el trabajo por ser madre, el 60% de las que trabajan fuera de casa afirma que tener hijos ha representado un problema en su vida profesional y una de cada tres reconoce haber tenido que reducir su jornada laboral tras haber dado a luz. Pero el problema no termina ahí. Los síntomas de la desigualdad se extienden al hogar. Los últimos datos del Instituto de la Mujer en Extremadura y CCOO indican que las féminas dedican tres o cuatro veces más tiempo que los hombres a las labores domésticas.

QUINCE DIAS DE PERMISO. Precisamente, uno de los objetivos de la Ley de Igualdad es que los varones participen en la erradicación de estas desigualdades, especialmente en lo relativo a las labores familiares. Por ello, una de las medidas estrella de la normativa ha sido la ampliación del permiso de paternidad de dos a 15 días, una iniciativa a la que se han acogido más de 3.077 varones extremeños, según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, entre abril y diciembre del 2007.

Para Marisa Alvarez, secretaria regional de Igualdad de UGT, se trata de una cifra muy alta, aunque: "Seguramente en los próximos años aumente porque aún hay gente que no está informada". Alvarez revela que se han producido algunos casos de despido o depresión en trabajadores que se han acogido a esta prestación, pero asegura que en todos la Justicia ha fallado a favor del trabajador. "No es tan importante el número como el cambio de tendencia, ya que hasta la puesta en marcha de la ley no solo había pocos hombres que cogían este permiso, sino que cada vez eran menos", aprecia por su parte Teodora Castro, responsable de Mujer y Comunicación de CCOO.

Pero no es la única prestación originada por esta ley. También se ha ampliado el permiso de maternidad para nacimientos prematuros y cuando el recién nacido deba permanecer hospitalizado tras el parto. El resultado, directamente ligado a ello o no, es que en los nueve primeros meses de vigencia de la norma la cifra de permisos en la región ha aumentado un 4% respecto al mismo periodo del año anterior --se han acogido a él 4.464 extremeñas--.

Además, se ha creado una prestación de riesgo durante la lactancia, que permite suspender temporalmente el contrato si las labores profesionales suponen un riesgo para la salud de la madre o el lactante. En este sentido, de las 165 mujeres que ya se han beneficiado de esta medida en España, solo una era de Extremadura.

ASPECTOS LABORALES. La dimensión laboral constituye otra de las columnas básicas de la normativa. En este sentido se han traspuesto las directivas europeas sobre igualdad y lucha contra la discriminación y el acoso sexual en el empleo para erradicar cualquier tipo de arbitrariedad u obstáculo al acceso de la mujer a un puesto de trabajo.

Según la ley, esto debe incentivar a reducir la brecha entre la tasa de paro femenino y masculino. De momento, es difícil apreciar cómo la ley puede haber incidido en el mercado laboral, dado que el Instituto Nacional de Estadística (INE) todavía no ha publicado los datos de empleo del primer trimestre de este año. Las últimas cifras indican que durante el 2007, aproximadamente 3.000 extremeñas se incorporaron a un puesto de trabajo, con lo que la cifra de ocupadas se situó en 151.600. Pese a ello, también hay más paradas --la tasa de desempleo femenino aumentó del 18,7% al 21,7%--, ya que ha aumentado el número de mujeres que se ha incorporado al mercado laboral. "Tener más mujeres activas es el mejor síntoma de que las expectativas están mejorando y que comienza ha percibirse un cambio de actitud y mentalidad del empresario", comenta Teodora Castro. Pero la secretaria de Mujer de CCOO recuerda que aunque cada vez hay más empleo, el mercado extremeño es incapaz de absorber toda la nueva oferta y que las mujeres siguen accediendo a los peores trabajos, con peores condiciones y con mayor precariedad "a pesar de estar, habitualmente, más formadas y preparadas".

EQUIPARACION SALARIAL Otro caballo de batalla es la equiparación salarial. Los últimos datos oficiales --del INE-- corresponden al 2005, por lo que no es posible analizar los cambios que puede haber introducido la ley. No obstante, demuestran que los hombres cobran casi un 25% más al año que sus compañeras --3.459 euros de margen--. Desde los sindicatos explican que durante el último año las mejoras salariales de los convenios se han centrado en lograr subidas generales para ajustar los sueldos a la evolución del IPC.

Precisamente una herramienta que está llamada a impulsar este tipo de procesos es la inclusión de los planes de igualdad en la negociación colectiva de las empresas. En principio, esta medida solo es obligatoria para negocios con más de 250 empleados, apenas una quincena en Extremadura, por lo que Teodora Castro considera que "aquí no tendremos demasiada incidencia y nos añade un grado de dificultad, porque en las pymes tendremos menos capacidad de presión para incorporar estas cláusulas". Además, advierte de que el verdadero calado de la ley y el compromiso del empresariado se demostrará dentro de cuatro años: "Estamos al principio del proceso de negociación colectiva y, teniendo en cuenta que los convenios se renuevan cada dos, tres o cuatro años, tendremos que esperar para ver los resultados".

Marisa Alvarez, por su parte, reconoce que lo que sí está logrando la Ley de Igualdad, que ha recibido críticas por la falta de contenido presupuestario para su aplicación y la lentitud en su desarrollo reglamentario, es incorporar protocolos de actuación ante casos de acoso o abuso laboral por motivo de sexo. En su opinión, una de los principales barreras que encuentra la ley es que "todavía hay quien piensa que este tipo de medidas positivas son discriminatorias para el hombre".