La estadística dice que el 79% de los padres no saben que sus hijos beben los fines de semana. Pero lo cierto es que el alcohol es la droga preferida por los jóvenes extremeños, quienes la prueban por primera vez a los 14 años. Los datos y la experiencia aseguran que hay un precoz y excesivo consumo entre los menores de edad. Una realidad calificado de «alarmante». Así lo considera la Junta de Extremadura, por ello puso en marcha Ley de Prevención del Consumo de Bebidas Alcohólicas por Menores, que recientemente ha pasado su primer trámite parlamentario.

Esta normativa es fruto de un recorrido iniciado hace 15 años, cuando Extremadura fue pionera en la forma de hacer frente al botellón con la Ley de Convivencia y Ocio (desde entonces solo está permitido en lugares autorizados para evitar la proliferación que hubo en ciudades como Badajoz, Mérida o Cáceres, donde era común en cualquier parque).

OTRA FORMA DE DIVERSIÓN / Esta vez se quiere insistir aún más en la prevención, la educación y la sensibilización, y en ofrecer alternativas de ocio para impedir que los adolescentes se inicien en la práctica a una edad demasiado temprana y lo consideren como la forma prioritaria de diversión el fin de semana.

La nueva ley incluye entre sus novedades la ampliación de horarios en los que se prohíbe la venta de bebidas alcohólicas (si antes era de 22.00 a 8.00 ahora será hasta las 9.00 horas) o la sustitución de las multas por trabajos en beneficio de la comunidad.

Por otra parte, las infracciones muy graves serán sancionadas con hasta 600.000 euros de multa y/o cierre temporal, total o parcial, del establecimiento, centro, local o empresa, por un periodo de hasta cinco años.

El texto del anteproyecto de la ley extremeña reza: «Según indicaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el Ministerio de Sanidad y Consumo, la defensa metabólica ante el alcohol es más baja en menores de 17 años, siendo depresor del sistema nervioso central por su carácter tóxico, guardando relación directa con enfermedades hepáticas, cardiovasculares, neoplásicas, mentales y neurológicas».

ABSENTISMO / Y añade: «El uso excesivo e inadecuado de las bebidas alcohólicas en tan temprana edad conlleva unas consecuencias demoledoras para las nuevas generaciones, al constituir uno de los principales factores de morbilidad, mortalidad, absentismo, bajo rendimiento escolar, problemas diversos en el ámbito del hogar, convivencia vecinal e incremento de accidentabilidad».

Desde la Junta aseguran que «la facilidad de adquirir alcohol, la proliferación de los estímulos para su consumo y la ineficacia en la política sancionadora» han obligado a abordar el problema desde otro punto de vista que, básicamente, consiste en la prevención y las campañas de los centros educativos y en la vigilancia para que la publicidad de bebidas alcohólicas no afecte a los adolescentes. REDACCIÓN