Llenar el depósito en la región cuesta 9 euros más que hace un año

Según los datos ofrecidos por el Ministerio de Industria, el precio medio por litro de la gasolina de 95 octanos sin plomo, la más utilizada, ha llegado en Extremadura a una media de 104,7 céntimos, es decir, quince céntimos más que en la Semana Santa del año anterior. Esto supone un incremento del 17% en trece meses.

Lo peor es que la escalada de precios no sólo no tiene visos de aplacarse, sino que parece ir a más. En el último mes y medio la gasolina ha subido en la región seis céntimos. Esto quiere decir que casi la mitad del incremento de precios del último año se ha producido en las últimas seis semanas.

La situación, como no podía ser de otra manera, es casi calcada en el resto del país, donde las subidas fueron muy similares, aunque los precios se sitúan, como media, un céntimo por litro por encima de los extremeños.

IGUAL PARA EL GASOLEO Para aquellos que cuenten con vehículos diesel, que son en este momento los más numerosos en el parque automovilístico regional y también nacional, la situación tampoco es mejor.

Llenar el depósito les va a costar siete euros más que en la Semana Santa del 2005, ya que este combustible ha subido en trece meses 11,3 céntimos (casi el 13%), para colocarse como media en 96,5 céntimos, uno por debajo de la media española.

En las últimas seis semanas el incremento ha sido de 3,2 céntimos. Además, y pese a las apariencias del último año, es en este combustible donde las distribuidoras están cargando la mano con las subidas, al ser el más demandado.

Así, en los últimos dos años el gasóleo subió en la región más de 21 céntimos por litro, casi un 30%, frente al 21% de incremento de precios de la gasolina de 95 octanos sin plomo.

UN 38% SIN IMPUESTOS Con todo, donde mejor se aprecia el encarecimiento de los combustibles es en la evolución del precio puro y duro, es decir, despojado de los fuertes impuestos que soporta.

Baste apuntar que de los 104,7 céntimos por litro que se paga como media en una estación de servicio extremeña por la gasolina de 95 octanos, más de 53 céntimos corresponden a impuestos (Especial de Hidrocarburos, IVA y el tramo estatal del céntimo sanitario ), y menos de 52 céntimos es el precio del combustible.

En la pasada Semana Santa, el litro de esta gasolina tenía un precio antes de aplicar los impuestos de 37,5 euros, es decir, ha subido 14,5 céntimos en un año, lo que supone un incremento del 38%.

En cuanto al gasóleo, las cargas fiscales que soporta son algo menores, aunque también muy significativa. De los 96,5 céntimos que se pagan por cada litro como media en una estación de servicio extremeña, 42,3 céntimos son impuestos, y 54,2 céntimos el precio del combustible.

En los últimos trece meses, este precio sin impuestos se ha incrementado en más de diez céntimos, lo que significa una subida del 23%.

Extremadura es una de las regiones que aún no aplica el tramo autonómico del denominado céntimo sanitario a los combustibles, es decir, el impuesto creado hace unos años para, supuestamente, mejorar la financiación de la sanidad. Por ello, cuando se examinan los precios de gasolinas y gasóleos antes de impuestos, la Comunidad Extremeña aparece entre las más caras del país. Sin embargo, al someter a los combustibles a las diversas cargas fiscales, Extremadura pasa a la mitad de la tabla con precios ligeramente inferiores a la media nacional.

Dentro de este ránking estatal, destaca en la comparación por provincias los precios de Tarragona, los más caros de España. En esta zona de Cataluña, llenar el depósito del automóvil cuesta, como media, dos euros y medio más caro que Extremadura si se trata de gasolina de 95 octanos.

Si el carburante es gasóil, el sobrecoste que se soporta en la zona tarraconense respecto a la extremeña es de dos euros por depósito.

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