Lluvia literal. Pero de caramelos. El mal tiempo dio una ligera tregua a media tarde y permitió que las majestades de Oriente pudieran abrirse paso y saludar a los cacereños. Algunas ciudades de la región prefirieron ser precavidas y adelantar la cabalgata un día tras el anuncio de tormenta, pero la capital cacereña resistió con la mirada en el cielo y cruzó los dedos para la noche de ayer, la que acumula la ilusión de los más pequeños, ya sean veteranos en la materia o vivan la visita real por primera vez.

Así, unos minutos más tarde de la hora prevista, Melchor, Gaspar, Baltasar abandonaron las instalaciones del Sepei con su comitiva. El revuelo previo en la calle era evidente a pesar del clima, y aunque pudiera parecer menor que años anteriores en los que cielo acompaña, el recorrido estuvo prácticamente cubierto desde el inicio del pasacalle por asistentes que querían admirar a los tres Reyes Magos de cerca.

La docena de carrozas y algo más de 400 figurantes repartieron 3.500 kilos de caramelos -aptos para celíacos y diabéticos- en un desfile más acelerado de lo habitual, pero no deslucido. Antes de las 19.30 horas ya cruzaba Cánovas, el paseo que acumula el grueso de asistentes cada año. Los magos de Oriente cubrieron el recorrido previsto en poco más de una hora media. El desfile estuvo ambientado por animadores como Peppa Pig, Darth Vader, Dora la Exploradora, payasos móviles o Maléfica. Incluso un coche de carreras, una de las novedades que más llamó la atención de los jóvenes asistentes y arrancó más asombro en el recorrido. Los colectivos que participaron hicieron alarde de imaginación y se caracterizaron como tradicionales elfos o como novedosos iconos de Whatsapp. Fuera cual fuera su atuendo arrancaron las primeras sonrisas, los primeros caramelos en la antesala de lo que esperaban los más pequeños en una de las noches más mágicas del año.

La comitiva de Hotel Canino, Club Cáceres 2015, Asociación Anda, Escuela de Baile ‘Ponte Flamenca’, la asociación de padres y madres del colegio Donoso Cortés, Asociación de Madres de la Cañada, Burguer King alentó los gritos de «¡Ya vienen!», que anunciaban los cacereños más pequeños al paso de las carrozas y el tiempo. Pero antes del colofón real, lució en su carroza la estrella de la Navidad o de la ilusión, una figura que forma parte del desfile desde hace cuatro años. Este año fue encarnada por la joven Rocío García.

Con un hilo de villancicos, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a la plaza Mayor, el destino que tenían marcado. La empresa morala Sonimar, organizadora del desfile, también será la encargada de organizar la comitiva del año que viene -ganó el concurso público parados años- y agradeció las «facilidades» para ponerla en marcha este año. En cuanto al dispositivo de seguridad, patrullas de policía se encargaron de cortar el tráfico en las avenidas principales y una hora antes de que empezara vigilaron el acceso de vehículos pesados. El desfile transcurrió sin incidencias y con un reguero fugaz de envoltorios a su paso que se encargaron de recoger los servicios de limpieza.