«En mi país se vive en medio de una guerra. Salí de Mali para escapar de ella. Allí no hay nada, no hay seguridad y es muy difícil trabajar. El viaje ha sido difícil y duro, ha durado ocho meses. Los peores momentos los he vivido en Argelia, no quieren a la gente negra. En Marruecos la cosa fue algo mejor pero la travesía en barco, muy complicada. Diez horas sin comida ni agua hasta que Salvamento Marítimo nos rescató a mí y a los 50 hombres que viajaban conmigo en la embarcación. En Mali he dejado a mis padres y mis hermanos con la esperanza de poder trabajar en España como mecánico o en el comercio para ganar dinero y ayudarles a sobrevivir», explica Nouhoum.