Al menos ahora la esperanza de Francisco está en el cielo, no como la de Antonio Calle, que está por los suelos. El día 23 de este mes se le acaba la ampliación de la prestación por desempleo que cobra, poco más de 400 euros. Es del municipio pacense de Puebla de la Calzada y tiene 33 años. Después de cobrar el último mes de paro a Antonio le queda aún agarrarse al subsidio de 426 euros durante seis meses, un dinerillo que no le interesa porque lo único que quiere es trabajar, pero que le permitirá seguir pagando el alquiler del piso en el que vive en Cáceres con su novia. Ella trabaja en la hostelería, pero lleva tres meses sin cobrar y "encima en breve la van a despedir". Con este panorama para subsistir no le queda otro remedio que pedir ayuda a la familia. Tiene estudios de formación profesional de electricidad, pero ha trabajado últimamente en la hostelería. "Busco trabajo de lo que sea", confiesa.

Antonio es la primera vez que está tanto tiempo parado sin trabajar, y como tantos, ha tenido también que renunciar a muchas cosas que antes formaban parte de su vida: "a salir, a comprar muchas cosas, ahora solo cojo el coche cuando es necesario,...". Dice que poder contar ahora que se queda sin paro con el subsidio es una ayuda, "pero tiene fin y el mío es dentro de seis meses", un plazo "insuficiente" para encontrar trabajo. "Aquí está todo mal y si te vas fuera, más de lo mismo. Otros años me he ido a buscar trabajo a Mallorca en la hostelería que había mucho empleo, pero ahora ya no es igual".