Marcela Coronado y Alberto --prefiere no dar su apellido-- comparten algo más en común que su amor y su hogar. Los dos pasaron por "situaciones difíciles" con sus anteriores parejas con las que ambos tuvieron un niño en el caso de Marcela y una niña en el de Alberto. "Hemos pasado por lo mismo y eso nos ha unido más". Los dos compartieron prácticamente una misma historia sin conocerse aún.

"Congeniamos muy bien, pero solo llevamos un año viviendo juntos y aún no somos una familia estable". Ambos viven habitualmente solo con Daniel de 6 años, el hijo de ella. Pero un fin de semana cada quince días se incorpora a la unidad la hija de Alberto, de cinco años. "Los niños se llevan de maravilla, tienen muy buena relación, aunque la niña pasa poco tiempo con nosotros", asegura.

En esta familia reconstituida lo más duro puede llegar a ser la convivencia. "La relación de mi pareja con Daniel es más complicada ahora que vivimos juntos, porque el niño tiene los celos y se está volviendo rebelde para llamar mi atención".

En la calle esta familia resulta "curiosa" al menos, sobre todo por su juventud --ella tiene 25 años y el 29--. "Las familias nos apoyan y nos llevamos muy bien, aunque la mía vive en Colombia". Ambos trabajan, ella solo unas horas y así puede compatibilizar el cuidado de los niños con su empleo. Le gustaría estar empleada a jornada completa, "pero ahora es difícil conseguir otro trabajo y además no puedo compatibilizarlo".