TAtpartir de la reciente cumbre del G-20 en Londres, empiezo a ser optimista sobre la solución de los graves problemas que aquejan a la economía mundial y al sistema financiero. Crisis que en el mundo globalizado en que nos movemos afecta lógicamente A España y, por supuesto, a nuestra tierra extremeña. Confío en la capacidad de los gobernantes y asesores de las primeras potencias del mundo y en sus planteamientos e iniciativas para tratar de sacar a la economía mundial del túnel de incertidumbres en que se encuentra.

Las preguntas más repetidas son ¿cuánto tiempo durará la crisis?, ¿qué pasará en España?, ¿cómo influirá dicha crisis en Extremadura?. Las respuestas son difíciles. Algunas voces autorizadas hablan que durará hasta el 2011 y otros que ya en el 2010 empezaremos a salir del túnel. Personalmente me pronuncio a favor de los plazos más cortos.

En Extremadura se vislumbran algunas luces a favor del optimismo como lo demuestra la evolución del paro en marzo, puesto que mientras que en España en su conjunto subió el 3,55% en nuestra tierra el auge fue solo del 1,33%. El índice de precios al consumo ha tenido una tendencia similar al resto de España, mientras que los costes laborales tradicionalmente han sido inferiores al grueso de los de otras autonomías, lo que nos puede hacer más competitivos. Y, por supuesto, como en todos los asuntos de la vida, por dificultosos y negativos que se presenten, hay que tratar de sacar también algo positivo. También en esta crisis Extremadura debe pensar en acciones de futuro que puedan beneficiarnos. Me refiero a pensar en la importancia de mejorar nuestras infraestructuras, principalmente de transportes; atender al desarrollo inteligente de la agricultura como generadora de empleo; potenciar nuestro turismo; tratar de mejorar nuestro comercio con Portugal y, sobre todo, aprovechar la crisis para pensar en mejorar la formación de nuestros jóvenes. No podemos seguir a la cola de España en gasto por universitario. Donde existe formación y cultura existe riqueza. Espero que al final el balance de la crisis pueda ser positivo para nuestra tierra. Confianza , prudencia y adelante.

*Pte. Colegio de Economistas de Extremadura