Con unos 14 años de experiencia profesional en el sector de la intermediación, el actual presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cáceres es un profundo conocedor de la situación de un negocio en el que todavía está implicado. Actualmente es director gerente y administrador de la agencia consultora Cuning.

--¿Cúales son las razones de este gran incremento de las empresas de venta, compra y alquiler de inmuebles?

--En el año 2000 se comenzó a aplicar el decreto de liberalización para ejercer como intermediario. Desde entonces no se exige ningún tipo de requisito para ejercer esta actividad.

--Entonces, ¿cualquiera puede abrir una inmobiliaria?

--Cualquier persona puede hacerlo. Ni siquiera hace falta que sepa leer, ni tampoco tener un local. Hay muchas personas que se dedican a la intermediación solamente con un móvil, con eso es suficiente.

--¿La existencia de estos operadores sin formación puede influir en la situación del mercado inmobiliario?

Totalmente. Si bien, y para que no se malinterprete, nosotros estamos totalmente conformes con la libre competencia, lo cual no implica un mercado descontrolado e inseguro. Esta situación ha generado un encarecimiento en el precio de la vivienda, aunque en este hecho influyen más factores. Hay ciertos operadores que funcionan como tiendas de venta de inmuebles y no como despachos profesionales. Ello supone que por desconocimiento absoluto del mercado y de esta especialidad, o llevados por la inteción de captar más productos inmobiliarios para su gestión, desvirtúan la realidad a la hora de valorar un bien. Así, si lo ponen por encima de su precio real están contribuyendo a la existencia de un hinchamiento o una burbuja.

--¿Qué porcentaje de la operación se quedan las agencias?--Existe cierta inseguridad en el mercado. En algunos casos cobran comisiones totalmente abusivas que incluso, aunque parezca increíble, llegan a superar el 20% de la venta de la vivienda. Además, el propietario en muchos casos ni se entera, dadas las discutibles técnicas que se utilizan. Por contra, los agentes de la propiedad inmobiliaria son el único colectivo con honorarios públicos, que en caso de la venta de una vivienda oscilan entre un 3 y un 5%.

--¿Y en qué se diferencia un agente de la propiedad de un operador de una inmobiliaria cualquiera?--Un agente de la propiedad dirige un despacho profesional. Ha superado las correspondientes pruebas, tiene una titulación oficial, está cualificado para evaluar consultas y dictámenes, valorar y tasar toda clase de inmuebles, actuar como perito o mediar en la venta y alquiler de viviendas o locales. Pertenece al colegio y está sometido a su reglamento, a régimen disciplinario y código ético. De otro lado hay otros operadores, que sin entrar a valorar sin trabajan mejor o peor, o si tienen algún tipo de cualificación o no, actúan en el mercado sin reunir ningún tipo de requisito en su actividad, ni ofrecen seguridad jurídica al consumidor, intermediando con un bien tan preciado como es la compra de una vivienda.

--¿Se producen muchas denuncias por la presunta inexperiencia de estos operadores?--Si, y cada día son más, pues hay inmobiliarias, no todas, que trabajan con total normalidad con sistemas basados en el engaño continuado. Se producen reclamaciones por graves errores en las operaciones realizadas por intermediarios no profesionales. Nosotros ahí no podemos actuar porque no son agentes de la propiedad. No obstante, parece que el Ministerio de la Vivienda está trabajando en este sentido y podría exigir algunos requisitos, aunque aún desconocemos cuáles.