Hace tres décadas que Luis Fernández recorre diversos pueblos de la provincia buscando el combustible vital , la sangre. Una labor que siempre ha realizado de forma altruista desde una de las ocho hermandades de donantes de sangre que existen en la región, la de Cáceres, y que trabajan en coordinación con el Banco regional.

--¿Qué cambios sustanciales ha notado en estos 30 años?

--Ha cambiado todo muchísimo. Antes, para hacer una extracción en un pueblo nuevo tenías que ir tres veces por semana y lo hacíamos cuando cada uno terminaba su trabajo y en nuestros coches. El primer día tenías que contactar con las autoridades y con el cura del pueblo. El segundo proyectábamos una película en una sala que nos cedían, generalmente en un cine, y ya el domingo --cuando descansábamos en nuestros trabajos-- era cuando se hacían las extracciones.

--¿Había muchas más reticencias antes a la hora de donar?

--Sí, recuerdo que en muchos sitios nos decían ´ya están aquí los vampiros´. Pero como anécdota recuerdo que la primera vez que fuimos a Miajadas, solo fueron cuatro personas a ver la película. Pero el domingo, cuando fuimos a hacer las extracciones, nos desbordaron. Esos cuatro contagiaron a todo el pueblo.

--¿Cuál es el freno principal que tienen los ciudadanos para convertirse en donantes?

--La excusa más común es que se marean, el miedo al pinchazo... pero es un pinchazo menor que cuando te hacen una analítica. Y no hay ningún problema de recuperación.

--Donar siempre tiene que ser un gesto solidario, gratuito, anónimo...

--Sí, por supuesto. La sangre no se cobra nunca, ni en hospitales públicos ni en clínicas privadas.

--¿Qué razones hay para ser donante?

--Las razones son muchas y muy buenas. Cuando alguien me dice que no quiere donar siempre le contesto que lo único que pido a Dios es que no necesites sangre. Imagínate que necesitas sangre y no la hay en el hospital, ¿qué haces? ¿la vas a comprar al Carrefour? Para donar solo hay que ser mayor de 18 años y menor de 65 años y pesar un mínimo de 50 kilos. Ahora se rechaza a los donantes por cualquier cosa (gripes y ese tipo de enfermedades) para que la sangre que reciba el enfermo sea óptima.

--¿Cuál es el perfil del donante?

--Hay más mujeres que hombres, aunque no por mucho. Viene siendo un 52% de mujeres frente a un 48% de hombres. Y la edad media está entre los 24 y 40 años. Los más jóvenes van entrando poco a poco y en ese sentido trabajamos en los campus universitarios.