Por qué la mujer tiene que ser igual al hombre y no al revés? Es la cuestión que ayer desató un acalorado debate en el Pleno de la Asamblea que incluso puso en tela de juicio la valía de las parlamentarias y acabó con la aprobación de la primera Ley de Igualdad entre Hombres y Mujeres y Contra la Violencia de Género en Extremadura con los votos en contra del PP. Socialistas y populares no lograron llegar a un acuerdo --como sí hicieron en la ley de Subvenciones y la de Salud Pública-- y mientras que para los primeros se trata de una norma "ambiciosa, que ayudará a mejorar el mundo", para los segundos no es más que "un documento desiderativo, discriminatorio y machista que parte de la idea de que la mujer, simplemente por ser mujer, es inferior al hombre".

La diputada popular Teresa Tortonda defendió que el texto "no es una ley de igualdad, sino de desigualdad", ya que solo crea derechos para las mujeres y no contempla la posibilidad de que los hombres puedan ser también víctimas de la violencia de género. Unos argumentos que "avergüenzan" al grupo socialista --así lo reiteraron en un comunicado remitido a este diario después del debate--, que considera que la norma no solo "llevará la igualdad a todos los rincones de la región, sino que contribuirá a hacer nuestro mundo más decente y habitable".

POLEMICA Los puntos que más fricción causaron entre los parlamentarios fueron los relacionados con la definición de víctima de violencia de género y la financiación de la norma (no definida), así como aquellos que tienen que ver con la creación de nuevos órganos como el Observatorio de Igualdad o el Consejo Extremeño de Participación de Mujeres, a los que el PP se opone por considerar que sus competencias pueden correr a cargo del Instituto de la Mujer.

Así, el PP pedía que la ley también reconociera la condición de víctima de violencia de género --con los mismos derechos-- a los hombres, algo que según explicó la diputada socialista Rosa María Carpintero, "no se puede" porque va en contra de la norma estatal y el dictamen de la Asamblea General de Naciones Unidas. Al no incluirse a los hombres en la norma, estos no se beneficiarán por ejemplo, de los programas de empleo destinados a víctimas de la violencia de género, de un trato preferente en la adjudicación de viviendas, de atención y asesoramiento jurídico gratuito en materia de violencia de género o de la posibilidad de acudir con sus hijos a un centro de acogida.

"El problema es que el PSOE considera que para ser iguales, la mujer tiene que llegar a donde está el hombre y nada más lejos de la realidad, la mujer llegará donde quiera llegar", criticó Tortonda. Aseguró además que su partido "entiende" la igualdad en un concepto más amplio, ya que esta no se consigue ni con cuotas --en referencia a la ley de paridad-- ni con medallas --por la propuesta de Vara de conceder la Medalla de Extremadura a Mujeres--. "A mí me daría vergüenza que mis compañeros del PP o del PSOE tuviesen en las listas de la Asamblea a mujeres florero, solo porque hay que cumplir una cuota", señaló.

Ante estas declaraciones, la consejera de Igualdad y Empleo, Pilar Lucio, presente en el debate, pidió la palabra al sentirse aludida, a pesar de que no estaba previsto. "Las mujeres socialistas nunca se han sentido floreros, han accedido a sus puestos por sus méritos y su valía. Nunca tanto como hoy he sentido la necesidad de que esta ley salga adelante, porque he visto que queda mucho por hacer", replicó a Tortonda. También salió en defensa del texto el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista, Ignacio Sánchez Amor, que señaló que ante "tales argumentos, no es de extrañar que la presencia de las mujeres sea prescindible en el PP". A pesar de que Carpintero pidió la retirada de las enmiendas porque "sientan un precedente grave", la oposición no lo hizo y la norma salió adelante sin enmiendas --solo aprobaron una-- y con el apoyo de los socialistas.