Unas 60.000 personas protestaron ayer por las calles de Bruselas contra las medidas de austeridad promovidas por la Comisión Europea y los gobiernos de los Veintisiete. Los organizadores de la movilización elevaron la cifra a 100.000.

La Confederación Europea de Sindicatos (CES) denunció que los planes de austeridad perjudican a los trabajadores, mientras que no se han adoptado medidas contra los responsables bancarios de la crisis económica. "Hay que cambiar de rumbo", insistieron los dirigentes sindicales. "No podéis seguir ignorando la cólera y la inquietud de los trabajadores", añadieron.