Mariano Rajoy va a salir del Gobierno en las próximas horas de una manera que nunca imaginó. En estos últimos años, un miedo caló en el Palacio de la Moncloa: dejar el poder corriendo y por la puerta de atrás debido a los numerosos escándalos destapados en las filas del PP. Y va a ser así. Ese temor se expresó en sus círculos de confianza, según explican algunos de los que detectaron el desasosiego del matrimonio.

El político gallego (Santiago de Compostela, 1955) vive una situación política muy delicada que solo es comparable a la que experimentó en 2008, cuando, por segunda vez, perdió en las urnas frente a José Luis Rodríguez Zapatero. En los meses siguientes, Rajoy consiguió frenar el amago de Esperanza Aguirre de querer disputarle el liderazgo en el congreso de Valencia y conformó un grupo de colaboradores de confianza que le han acompañado hasta hoy, cuando se ha convertido en el primer presidente tumbado por una moción de censura. María Dolores de Cospedal (secretaria general del PP), Soraya Sáenz de Santamaría (vicepresidenta), Cristóbal Montoro (ministro de Hacienda), Carmen Martínez de Castro (secretaria de Estado de Comunicación)…

El dirigente conservador es un político que tiene fama, y lo ha demostrado, de cuidar a quien le ha sido fiel. Ahora, Rajoy tiene ante sí un PP que ha perdido los resortes del poder (ministerio fiscal y medios de comunicación, incluidos) y que está doblemente deprimido: no solo por la salida abrupta de la Moncloa sino también por todas esas sentencias sobre escándalos de corrupción que llegarán en los próximos meses mientras en el horizonte siguen viendo el cartel de “elecciones municipales y autonómicas en mayo del 2019”.

En los próximos días, Rajoy no tendrá ni un minuto de descanso y deberá recolocar numerosos cargos del Gobierno en puestos del partido, la única estructura que ahora tiene para defender su ideario.

El único consuelo que ve en estos momentos el líder del PP es que la maniobra de Sánchez ha conseguido neutralizar (aunque sea de momento) a un Albert Rivera veloz en las encuestas.