Señor Rajoy, ¿cómo estamos? ¡Cuánto tiempo hacía que no nos veíamos!

--Yo le veo más que usted a mí.

--No se está prodigando mucho últimamente con entrevistas.

--Hago pocas, sí...

--¿Por qué? ¿No le hace falta?

--No, no... Porque supongo que no me las hacen, ¿no?

--Estamos muy cerca del cara a cara con Rubalcaba. ¿Nervioso?

--No. Estoy sereno, vamos. He hecho algunos debates a lo largo de mi vida. Llevo años y años hablando. He participado en debates en las Cortes y antes uno siempre tiene una sensación similar a la que debe tener usted cuando hace una entrevista. No es igual tomar un café que hacer una entrevista.

--¿Ya han decidido quién va a hablar en primer lugar y quién en segundo? Aunque en España da igual, porque la última palabra la tiene Angela Merkel.

--No, la última palabra en las elecciones la tiene el pueblo español. Y luego la clave es que el Gobierno que salga y el Gobierno que elijan los ciudadanos haga sus deberes y, por tanto, pueda él también tener la última palabra en Europa.

--¿Por qué aquí no sirven esas recetas más de derechas, como las de Merkel?

--Bueno, yo no las llamaría de derechas. Yo diría que son de sentido común. Las recetas son: no gastar lo que no tienes, no vivir por encima de tus posibilidades, hacer reformas en la economía, apoyar a los emprendedores porque son los que crean puestos de trabajo... Es simple sentido co- mún. Hoy las diferencias ideoló- gicas no son como las del siglo XIX, por fortuna.

--Si usted llega a ser presidente, ¿no habrá recortes?

--Por mi parte, va a haber recortes en la Administración. Lo que son gastos superfluos, organismos autónomos, personal de confianza... para ser más eficientes y gestionar mejor.

--¿Sobran funcionarios?

--Creo que sobran organismos y entes públicos y que la Administración no debe tener nuevos empleados públicos en los próximos años, salvo aquellos que sean necesarios.

--Usted siempre pide austeridad. ¿Le puedo hacer una pregunta un poco incómoda? ¿Cuánto cuesta una campaña electoral del PP?

--Pues mire, hoy cuesta muchísimo menos que hace unos años.

--¿Tres? ¿Cinco millones? ¿Diez?

--Francamente, no lo sé. De verdad, no lo sé.

--¿Qué va a hacer con el impuesto del patrimonio?

--En principio, mi idea es quitarlo. Salvo que cuando veamos las cuentas públicas descubramos que están peor de lo que realmente están en este momento.

--¿La ley del aborto?

--La ley del aborto la vamos a modificar, porque no estamos de acuerdo con que una niña pueda abortar a los 16 años sin el conocimiento ni el consentimiento de sus padres. Y vamos a intentar proteger mejor el derecho a la vida.

--Tengo unos amigos que son homosexuales y que se quieren casar el año que viene. Y me han dicho: "Si te encuentras a Rajoy, pregúntale si nos casamos antes de que llegue él".

--Pues mire, yo fui a hablar con el señor Zapatero cuando planteó este asunto. Porque yo en mi programa electoral llevaba eso salvo en una cosa: el nombre.

--¿No quiere llamarlo matrimonio?

--Era mi única discrepancia.

--¿Usted va a aprobar algún tipo de medida para facilitar que las personas que no pueden pagar su hipoteca no sean desahuciadas?

--La medida más importante es generar empleo para que puedan pagar su hipoteca.

--Dígame, con Rajoy como presidente del Gobierno, ¿qué va a ser más fácil: ver de nuevo toros en Cataluña o a Josu Ternera en Euskadi?

--Mire, con absoluta franqueza, que ETA haya anunciado el cese definitivo de la violencia es para mí una buena noticia. Y lo digo con absoluta franqueza: es una buena noticia.

--¿Se imagina en su legislatura, si es presidente, sentado en una mesa con Arnaldo Otegi?

--Va a ser difícil que yo me siente en una mesa con Otegi...

--Imagínese que Otegi sale de la cárcel, se presenta a unas elecciones con la izquierda aberzale, las gana, y usted tiene que recibir al nuevo lendakari.

--No nos pongamos en situaciones extremas. El señor Otegi no va a ganar nunca las elecciones y yo espero el buen sentido del País Vasco, su moderación, equilibrio y sensatez, que ganen partidos que no tengan relación con fuerzas terroristas.

--¿De verdad tiene ganas de ganar estas elecciones generales con la de marrones que se le vienen encima?

--Sí. Mire, uno no elige la situación en la que está. Soy consciente de que lo que viene por delante es muy difícil, que no va a ser nada fácil, pero, oiga, para eso estoy y para eso me presento. Yo no voy a ser como esos dirigentes políticos que le echan la culpa de todo a los demás. Yo empiezo ahí, recibo toda la herencia e intentaré acertar, y ojalá acertemos.