"El teatro es un enfermo que goza de buena salud", dice Jorge Máquez, director del Festival de Teatro Mérida, para explicar que es una industria débil, a la que afecta cualquier variación.

Según Raquel Bazo, de Taptc? Teatro, los extremeños van menos al teatro por motivos como la falta de acierto que en ocasiones tienen los contenidos de las obras con respecto a las necesidades del público, pero cree que el principal es "la mala difusión de las representaciones que no se consideran tan importantes. Con poner carteles no es suficiente". Con esto último está de acuerdo Javier de Torres, de Mimus Teatro, quien también mostró su descontento por la poca inversión que se hace para inculcar el amor por el teatro."Por ejemplo, hace dos años se hacía un circuito de las artes, que llegaba a muchos pueblos y creaba aficionados, y se dejó de hacer", apunta. Además, culpa a la prensa porque "cubre poco las actividades de la red de teatro".

Márquez piensa que "el boca a boca es la mejor publicidad, por eso hay que hacer representaciones de calidad. Así, ´Aquellos maravillosos años´, de Rodetacón Teatro, llena las salas con pocos medios publicitarios porque su contenido llega al público".