El Gobierno marroquí aseguró ayer que "los atentados llevan la firma del terrorismo internacional", en implícita referencia a la organización terrorista de Osama bin Laden. Según el ministro del Interior, Mustafá Sahel, el objetivo de los terroristas era "atentar contra el proceso democrático de Marruecos" y el "pluralismo" político. El ministro admitió "la coincidencia y similitud en la forma de operar" de los terroristas de Casablanca y los que atentaron contra objetivos occidentales en Arabia Saudí.

Otros dirigentes marroquís se expresaron en el mismo sentido, pero fueron los responsables de los movimientos islamistas Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD) --tercera fuerza parlamentaria--, y Justicia y Espiritualidad, del jeque Abdesalam Yasin, los que pusieron más énfasis en condenar los atentados.

Tanto el PJD como Justicia y Espiritualidad rechazan la violencia y defienden sus posiciones pacíficamente, pero el miedo a verse salpicados por los atentados de Casablanca les obligó a desmarcarse con rapidez. Mustafá Ramid, dirigente y presidente del grupo parlamentario del PJD, calificó los atentados de "crimen terrorista salvaje" y manifiestó su más profundo deseo de que Marruecos siga defendiendo "la estabilidad y la paz".

Fatala Arsalanes, portavoz de Justicia y Espiritualidad, condenó esa "odiosa violencia" y pidió a los investigadores que "no excluyan ninguna pista", ni siquiera la de "determinados estados" como Israel, "que intenta apartar la atención de las matanzas llevadas a cabo en los territorios palestinos".