Más de 300 agentes de la Guardia Civil se han dado de baja psicológica en Extremadura a lo largo de los últimos cinco años, según los datos que maneja el Gobierno central. La situación ha ido a peor en los últimos tiempos, hasta el punto de que en el 2004 el volumen de la plantilla que se dio de baja por este motivo supuso cerca del 4% del total. Además, hay que tener en cuenta que ésta es la cifra oficial que ofrece el Ejecutivo, puesto que según la Asociación Unificada de la Guardia Civil (Augc) la realidad es aún peor y la tasa de bajas psicológicas de la comunidad podría incluso duplicar la versión del Gobierno.

Un documento remitido por el Ministerio del Interior al Congreso de los Diputados, y al que ha tenido acceso EL PERIODICO EXTREMADURA, detalla que desde el año 2000 se han dado de baja psicológica en la región un total de 338 agentes de la Guardia Civil. De ellos, 133 estaban destinados en los diferentes acuartelamientos de la provincia de Cáceres y los 205 restantes estaban en Badajoz.

EVOLUCION PREOCUPANTE Los datos que maneja el Gobierno dejan claro que el problema está empeorando, puesto que el año pasado, con 87 bajas de este tipo, fue el peor de los últimos tiempos. Con respecto al año 2000 la tasa se ha incrementado en un 61% y supera en gran medida a la que registra otro colectivo que, al menos en teoría, trabaja en circunstancias parecidas, como es la Policía Nacional. De hecho, el año pasado cerca del 4% de la plantilla extremeña de la Benemérita estuvo de baja por problemas psicológicos.

La situación ha llegado a tal punto que en las últimas oposiciones de ingreso en la Guardia Civil los aspirantes tuvieron que leer y firmar un documento --posteriormente retirado por la Dirección General del cuerpo-- en el que se les avisaba de que en el desarrollo de su trabajo podían sufrir "frustración, aburrimiento, conflictos y tensiones tanto familiares como laborales, falta de ilusión, apatía o cualquier otro síntoma que actualmente no llega ni a imaginar".

ANALISIS NEGATIVO Uno de los portavoces de la Augc en Extremadura, Agustín Pereira, pone en duda los datos que maneja el Gobierno central y asegura que las bajas psicológicas en Extremadura al menos duplican las que se reconocen oficialmente. En este sentido, apunta que las personas con problemas psicológicos no se incorporan a las estadísticas hasta que pasan un tribunal médico aunque estén de baja. "El truco, retrasar todo lo posible su paso por el tribunal", explica.

Por lo que se refiere a las causas de fondo que han llevado a esta situación --en la comunidad extremeña el número de bajas psicológicas aumenta cada año desde el 2001-- Pereira tiene claro que se deben en gran medida "a las presiones y abusos de los mandos". "La cosa va a peor", insiste, porque cuando el Gobierno de la nación anuncia cambios en el seno de la Benemérita (como ocurrió con la llegada del PSOE al poder) "los mandos endurecen su postura".

A la hora de buscar soluciones, el portavoz de Augc lo tiene muy claro: "Todo pasa por la desmilitarización del cuerpo, porque los mandos utilizan el Código Militar para presionar y amenazar a los agentes".

Para Agustín Pereira los agentes son conscientes de que "no hay medios, no hay personal, y eso les va mermando también la salud psíquica... y luego llega el mando que te sigue presionando y machacando". Eso sí, a la hora de acudir al tribunal médico para lograr la concesión de la baja psicológica todo el proceso se paraliza y se retrasa todo lo posible. "Es que lo único que les importa en este caso es reducir las estadísticas", añade, "igual que ocurre, aunque al contrario, en el tema de las multas".

Desde la dirección de Augc han exigido al Gobierno central "que inicie de forma inmediata" las reformas necesarias para alcanzar "una progresiva desmilitarización". En esta misma línea consideran necesario "desligar definitivamente a la Guardia Civil del Ministerio de Defensa, lo que ya de por sí constituye un auténtico anacronismo heredado del franquismo". Con todo, señala esta asociación, mayoritaria en el seno de la Benemérita, que "deben superarse las resistencias de la cúpula militar y el Gobierno debe impulsar decididamente y sin miedo las reformas necesarias".