El expresidente de la Generalitat Artur Mas advertió ayer de que ni la CUP ni la ANC presiden el Gobierno de la Generalitat y que quien tiene que decidir cómo responde al requerimiento del Gobierno central es el presidente Carles Puigdemont. «Cada uno hace su papel, pero ninguno de ellos preside el Govern. Cada uno apretará, pero hay un Gobierno y un presidente que han de tomar las decisiones, como Govern. Quien decide es el Govern», subrayó en una entrevista en la cadena de televisión catalana TV-3.

Estas declaraciones llegan después que hayan comenzado a arreciar las presiones a Puigdemont para que levante la suspensión decretada sobre la DUI. Este mismo viernes, la CUP ha remitido una carta al presidente catalán en la que le exige que proclame ya la república catalana, en la misma línea que se expresó el jueves la ANC, que pidió la declaración de independencia ante la falta de diálogo por parte del Ejecutivo central. En este juego de presiones cruzadas, Mas fue uno de los que empujó para diluir la DUI y vincularla a unas elecciones.

La CUP reaccionó ipso facto y acusó a Mas de «usurpar descaradamente el patrimonio colectivo» del 1-O, según apuntó en Twitter el portavoz del secretariado nacional y exdiputado, Quim Arrufat.

Durante la entrevista, Mas también admitió que la convocatoria de elecciones en Cataluña se planteó como una opción posible en algún momento durante la gestión de la declaración de Puigdemont del pasado martes en el Parlamento catalán y se mostró convencido de que las elecciones vendrán y que la principal «batalla» de la Generalitat será que sean de carácter constituyente, aunque apuntó que la violencia es un factor nuevo con el que nadie contaba.

Por otra parte, el expresidente de la Generalitat negó que haya planteado presentarse él a unas elecciones, aunque matizó que sí le gustaría ejercer un cargo de representación en el exterior en una eventual república catalana, lejos de las funciones ejecutivas. «Si creemos que la independencia es simplemente proclamar la república es que no conocemos la realida»», sentenció el exdirigente catalán, y añadió que Cataluña se enfrenta a un hueso duro de roer y que cuesta mucho incidir en la opinión internacional.

El expresidente de la Generalitat reclamó que no se cuestione el compromiso de los líderes del proceso soberanista porque se están enfrentando a penas de cárcel, inhabilitaciones y multas, y consideró que los plazos «no son la mejor compañía porque ponen mucha exigencia» en estos momentos.