El mundo del arte llora desde ayer en la región la muerte de Juan de Avalos, uno de los escultores extremeños con mayor proyección internacional, pero sobre todo un hombre querido por sus amigos.

El director de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura, Miguel Santiago Castelo, manifestó a EL PERIODICO que la muerte del escultor ha supuesto "una pérdida extraordinaria puesto que se trata de uno de los más grandes escultores del siglo XX, de reconocido prestigio en todo el país y también en Iberoamérica". Como amigo personal del artista, Santiago Castelo expresó que "quienes hemos gozado de su amistad, hemos perdido a un amigo entrañable, divertido y ejemplar, que hasta el último momento de su vida ha estado lleno de proyectos e ilusiones, y se mostró sorprendido por su muerte ya que "había hablado con él el pasado 24 de junio, y quedé, una vez más, admirado de su vitalidad y de la cantidad de proyectos que tenía entre manos" a sus 94 años. En ese sentido, el académico recordó que en estos momentos el artista se encontraba trabajando en una escultura para un monumento dedicado a Alfonso XIII.

El director de la Real Academia de las Artes y las Letras de Extremadura recordó ayer que Juan de Avalos "se llamaba a sí mismo picapedrero y que "ha sido uno de los mejores escultores clásicos que ha habido en la Historia de Extremadura. Según sus palabras, "la Academia de las Artes y las Letras de Extremadura ha perdido a uno de sus más eficientes miembros, por lo que la pena y la desolación" eran los palabras que mejor definían ayer el sentir de sus compañeros.

Igualmente sorprendido por su muerte se mostraba ayer el director del Museo de Arte Romano de Mérida, José María Alvarez Martínez, que había estado muy vinculado al artista desde su infancia a través de la amistad que unía a su familia con la de Juan de Avalos. En declaraciones a EL PERIODICO reconocía que la muerte del artista le había sorprendido por la "vitalidad" con la que le había visto hace poco más de diez días. El director del museo romano dijo que Juan de Avalos "había muerto con las botas puestas" y recordó al artista como una persona "entrañable que quería a Mérida, por lo que su muerte supone una pérdida irreparable". El director que se refirió a una anécdota que muchas veces le comentaba el artista, quien había presenciado el hallazgo de la pieza más importante que alberga el museo en la actualidad, la cabeza de Augusto.

El escultor, Eduardo Zancada, ha sido otra de las personas en las que el artista fallecido dejó marcada su huella a lo largo de su vida. "La Historia se ocupa de poner a cada uno en su sitio. A Juan de Avalos se le tenía un poco olvidado a pesar de que se trata de unos de los grandes artistas figurativos y de que su obra está repartida por todo el mundo", recordaba ayer. Zancada se refirió al artista como "gran maestro" y dijo que a de Avalos le debe en gran medida lo que hoy es puesto que pasó muchos años aprendiendo y trabajando en el taller del escultor extremeño. De él destacó que "nunca se adscribió ismos y que siempre luchó contra viento y marea por hacer la escultura que él quería"

Luis Martínez Giraldo, escultor y director de la Escuela de Artes y Oficio de Badajoz dijo que con la muerte de Juan de Avalos se va " uno de los últimos clásicos, además de una persona que ha sabido moverse como nadie por el arte y el escultor de la región".