La comercialización de corcho y sus manufacturas (tapones) es una de las que ha contribuido de forma significativa al incremento de las exportaciones extremeñas en lo que va de ejercicio. A lo largo de los ocho primeros meses de este 2017, las expediciones se han incrementado un 21,2% sobre igual periodo del 2016. En relación al 2015, la subida es incluso mayor, del 37,5%.

Detrás de buena parte de este incremento está la actividad de Grupo Diam, una firma francesa pero que tiene centro productivo en la localidad pacense de San Vicente de Alcántara. Esta compañía, que supone más de la mitad de las exportaciones extremeñas de corcho, ha experimentado un importante crecimiento de sus ventas de tapón tecnológico —que incorpora un alto valor añadido— en los últimos años.

Otra parte de esta evolución al alza «tiene que ver con cómo se está estructurando el sector», explica Joaquín Herreros de Tejada, presidente de la Agrupación Sanvicenteña de Empresarios del Corcho (Asecor). Se trata de envíos de «materias primas, corcho en plancha», que antes se transformaba en mayor medida en la región pero que ahora se procesa fuera, fundamentalmente en Portugal. «Una parte de esta materia prima vuelve luego a España como producto transformado», explica Herreros de Tejada. En este sentido, añade, «me gustaría que hubiera una mayor transformación en Extremadura».

La práctica totalidad de los envíos extremeños de corcho se concentra en seis destinos. El primer lugar, con más de 47 millones de euros comercializados y superando el 40% del total, lo ocupa Portugal. A continuación figura Francia, con cerca de 38 millones de euros y un 27,4% de crecimiento anual acumulado. Ya a mucha distancia aparecen Estados Unidos (rozando los 10 millones de euros hasta agosto); Italia (con 8,5 millones, frente a los apenas 185.000 euros en el mismo periodo del 2016); Chile (3,6 millones de euros); y Sudáfrica (950.000 euros). Se trata, en todos los casos, de países con importantes producciones vitinícolas. «Los mercados a los que tienes que llegar son todos aquellos en los que hay producción de vino», resume el presidente del Cluster del Sector del Corcho de Extremadura.

Pese a que otras dos familias de soluciones de taponamiento —el tapón sintético y el de rosca de aluminio— suponen también una cuota importante de mercado, Herreros de Tejada incide en que el tapón de corcho «sigue manteniendo una posición saludable». Siete de cada diez botellas de vino que se producen anualmente en el mundo —«18.000 o 19.000 millones» en total—, están tapadas con corcho en cualquiera de sus fórmulas (de una sola pieza, microgranulado, multipieza….). «De Extremadura salen unos 1.300 millones, algo más de un 10% de todos los tapones de corcho del mundo entero», recalca.