Además de por su imponente calidad vocal, Montserrat Caballé será recordada en la región por dos momentos que ya forman parte de la historia extremeña: la entrega de la Medalla de Extremadura y la caída en el Anfiteatro Romano de Mérida. De hecho, su paso por la comunidad autónoma le llevó a la portada de El Periódico Extremadura en diversas ocasiones.

La soprano catalana cantó varias veces en el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y fue galardonada con la Medalla de Extremadura por promocionar la región. En el año 1988 se estrenó en el certamen emeritense en un homenaje a Rafael Alberti y un año después protagonizó la obra Medea.

Caballé recibió días más tarde la Medalla de Extremadura, según el decreto de concesión, porque desde que actuó en Mérida su nombre y fama universal se habían puesto, «por voluntad propia, al servicio de los intereses generales de Extremadura». En 1990 la soprano y otras siete personas resultaron heridas leves en un accidente en el anfiteatro romano al desplomarse la plataforma desde la que asistían al estreno del ballet Romeo y Julieta. El último recital en Mérida lo ofreció 17 años más tarde por los actos del Año Jubilar Guadalupense.