Inquietud, incertidumbre y, en algunos casos, indignación. Son palabras que definían ayer la situación que se vivía en algunas dependencias del hospital de Mérida tras conocerse el cierre de los quirófanos por el hongo aspergillus. A la propia situación de angustia que siempre generan los ingresos hospitalarios, la evacuación de algunos enfermos hizo que las dudas aparecieran en algunos familiares de personas ingresadas, aunque en general la medida adoptada por Sanidad ha sido comprendida por la mayoría de los usuarios.

13.35 horas, una ambulancia se lleva a una persona a Badajoz para una intervención quirúrgica que estaba prevista en la capital extremeña. La escena se repite cinco minutos después. En algunos familiares la resignación marca su rostro y se marchan tras la ambulancia. En la sala de espera de urgencias, otras personas desconocen lo que pasa en ciertas dependencias, mientras otros ya han oído la noticia y la comentan con los demás.

"Me acabo de enterar de que se están llevando a enfermos a Badajoz", comenta Diego González, que venía de ver a su cuñada que estaba en una silla de ruedas esperando a que le dieran el alta. Asegura comprender la decisión tomada por las autoridades sanitarias porque "si esto está infectado, deberán llevarse a los afectados a otro sitio". Su mujer, más crítica, matizaba con ironía: "Si en vez de curar a estas personas las van a matar, es mejor que se las lleven donde las puedan operar".

A buscar culpables

A las dos de la tarde, la mayoría de los presentes en el hospital ya conoce la existencia del hongo y las conversaciones giran en esta dirección. Sin embargo, algunos empiezan a buscar culpables, y los encuentran en las obras que se están llevando a cabo. "Es vergonzoso cómo tienen esto", asegura José María Trejo, que espera en urgencias noticias de un familiar mientras señala las uralitas y alambradas tiradas apenas a diez metros de la entrada de este servicio. En su opinión, "es bueno para el enfermo que lo trasladen a otro sitio, por lo menos que no lo oculten", pero lo lamentable, reitera, es que "las obras duren lo que están durando, sólo hay que ver como está todo".

Las quejas a este respecto se agravan una vez que se ha conocido que la causa de la propagación del hongo ha sido el polvo generado por la obra de ampliación del centro hospitalario emeritense.

Es más, el comentario es hasta cuándo van a durar los trabajos y, sobre todo, si se han producido situaciones similares y se ha dado la callada por respuesta desde los organismos oficiales. "Ahora por lo menos nos hemos enterado", entona José María Trejo.

Estas situaciones se volverán a repetir los próximos días, ya que los quirófanos estarán cerrados al menos un mes.