En el año de referencia para Kioto, 1990, en Extremadura casi no existía industria. Ahora este sector es responsable de la emisión de 1,7 millones de toneladas de CO2 por año. Otras comunidades partían con ventaja : a esas alturas contaban con una industria desarrollada, con lo que la foto fija tomada hace 18 años les otorgó cupos de contaminación permitida más amplios. Así, Asturias puede contaminar tres veces más que Extremadura, y Castilla y León cuatro veces más.

Este es uno de los puntos aún en debate, y desde la Comunidad Extremeña ya se ha solicitado que se marquen cupos por habitante similares en todas partes, para no perjudicar el desarrollo de regiones que están ahora industrializándose.

Pero en Extremadura preocupa también otra cuestión. Pese a la aportación de la industria a las emisiones en estos casi dos decenios, esta suma no explica el aumento de contaminación: la industria sube su emisión en 1,7 millones de toneladas, pero el incremento general es de cuatro millones.

El resto se atribuye a los denominados sectores difusos . La mitad de las emisiones extremeñas se deben a la agricultura, principalmente por la quema de rastrojos y restos de poda. Otro 37% es fruto del transporte y los hogares. Ahí se enfoca la estrategia extremeña de cambio climático, un documento aún en discusión.

Las líneas adelantadas a EL PERIODICO por el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, ponen de manifiesto la necesidad de que los residuos agrícolas no se quemen sin control, sino que se lleven a plantas de biomasa: la contaminación emitida en el proceso sería idéntica a la de la quema sin control --o menor con mecanismos como los filtros-- pero el balance sería positivo. Si con la quema se produce electricidad, no habría que usar otros combustibles para producirla.

En cuanto al transporte, la cuestión es más compleja. La mayor parte se hace por carretera, usando combustibles fósiles, e, incluso el que se hace por tren es en convoyes tirados por máquinas diesel. Aquí la estrategia es ir introduciendo los motores eléctricos para los vehículos que circulen por carretera y llevar en lo posible el traslado por tren a la nueva línea del AVE, ya electrificada.

Respecto a los hogares, lo que primará en la estrategia es la concienciación. Esto pasa por el uso de electrodomésticos más eficientes y por un uso racional de la calefacción y el aire acondicionado, sobre todo la primera, donde priman las calderas que usan el gasoil como combustible.