Las políticas que "definen el proyecto socialista", como las presentó Zapatero, son las más ambiciosas del programa de Gobierno y están destinadas a "mejorar la vida de los que menos tienen". En concreto, Zapatero prometió 180.000 viviendas anuales en compra y alquiler a precios asequibles. También detalló el plan de atención a los dependientes, que calificó como "la primera actuación en materia de Servicios Sociales concebidos como derecho ciudadano". Esa asistencia, dijo, "combatirá la soledad" en la que mueren muchos ancianos, y también "generará empleo".

La promesa electoral de elevar el salario mínimo hasta 600 euros y de destinar 4.000 millones de euros a subir las pensiones se convirtió ayer en programa de Gobierno.

En el capítulo de educación, Zapatero fue sucinto. Dijo que la educación es "la inversión más rentable", y prometió que en mayo aprobará un crédito extraordinario para incrementar la dotación para becas. Por último, anunció la derogación de las leyes de calidad y universidades, tal como había prometido.

La subida de la vivienda, el deterioro educativo y la protesta social a las reformas educativas marcaron la última legislatura.