La suavidad del verano está teniendo consecuencias negativas para ciertos negocios, como el del aire acondicionado. Estos comerciantes han visto disminuir sensiblemente sus ventas. Además, coinciden en que lo que empuja el negocio es el calor de junio y primeros días de julio. Por ello, aunque mantienen cierta esperanza en salvar algo la temporada si el calor llega en estos días, ven difícil cumplir las previsiones, porque los clientes ven cercano el final del verano y aplazan la decisión de compra.

De este modo, en Cáceres, la empresa Urende asegura haber notado un descenso en las ventas durante estos meses. "Este año solo estamos montando un aire por la mañana y otro por la tarde, mientras que el año hacíamos el triple", apunta un encargado. En Idea se coincide con esta opinión, añadiendo que al tiempo se suma el que el mercado esté ya algo saturado. Por contra, empresas como Firoex, Climatizaciones Redondo o Gonzalo García Baratas afirman que su negocio no se ha visto afectado. Reconocen, eso sí, que en gran medida su situación se debe a que muchas de las instalaciones vendidas son para nuevas construcciones, con lo que el compromiso de instalación era previo a la llegada de este atípico verano.

En Mérida el panorama es similar. Por un lado, tiendas como Master manifiestan que están perdiendo ventas, que estiman en torno al 20%, y que esperan recuperar en parte si hace calor en estos últimos días de julio. En otros establecimientos el descenso de demanda se eleva hasta el 40%. En cambio, firmas como Merclima explican que no han notado la bajada, ya que trabajan mucho para nuevas urbanizaciones o para instalaciones industriales y hospitales, con lo que las ventas ya estaban comprometidas.