Bazar Oriental abrió sus puertas en la calle Gómez Becerra, de Cáceres, hace dos meses y medio, en lo que hasta entonces era un supermercado Día. Casi quinientos metros cuadrados de superficie en los que "menos jamón y vino, se puede encontrar de todo", bromea su propietario. Se llama Xiao, nombre que cambia por el de Rafa cuando se dirigen a él en castellano. De momento "las cosas van muy bien, gracias a dios, como se dice aquí", añade este empresario, que indica que entre estos bazares, "crisis, muy poquita". Llegado a España en 1992 procedente de Zhe Jiang, una provincia del sur de China, este no es el primer negocio que Xiao --o Rafa-- pone en marcha en la capital cacereña, ya que desde hace ocho años posee otro establecimiento de este mismo tipo en la calle Virgen de la Montaña. Y puede que tampoco sea el último, ya que si "después de Navidad, van bien las cosas", es posible que se embarque en alguna nueva apertura.

"Cada vez hay más establecimientos chinos y más grandes", reconoce Xiao, que cree que esta proliferación obedece a un solo factor: "Trabajo, trabajo y trabajo. De día y de noche". "Si un comercio no va bien, para un chino solo hay un motivo, que no se ha trabajado suficiente", apunta. Abre de lunes a sábado "y la mayoría de los domingos", aunque asegura que, si por él fuera, cerraría ese día pero "abre uno, abre otro, y al final abren todos. Si el ayuntamiento no hace nada....". El, en cualquier caso, sabe que ese día tampoco va a descansar: "Mi mujer y yo vamos a Fuenlabrada, a por mercancía".