El Gobierno irlandés inició el ajuste al inicio de la crisis, lo que evitó ataques a su deuda como los de los países mediterráneos. En los últimos dos años ha recortado el gasto público en cinco puntos del PIB y, para este año, prevé una reducción adicional de 2,5 puntos. Para este ejercicio, ha aprobado con el apoyo de la oposición y de los líderes sindicales una rebaja de los suelos de los funcionarios de entre el 5% y el 12%, del 15% para los ministros y secretarios de Estado y del 20% para el primer ministro. Las pensiones están congeladas, la edad de jubilación ha pasado de 65 a 66 años y la pensión ya no se fijará en función de la última paga, sino de la vida laboral. Se han rebajado el IVA (cinco puntos, hasta el 21%) y las tasas sobre bebidas alcohólicas. El rescate del sector bancario, empero, ha elevado el déficit al 14,3%, con lo que el FMI ha pedido medidas adicionales.