No había indicios de incumplimiento y los cuerpos de seguridad decidieron rebajar la consideración del riesgo de la orden de alejamiento del exmarido de Nadia Sadir de ´medio´ a ´no apreciado´. En realidad, quien lo hizo fue un sistema informático, el mismo que sigue y analiza periódicamente las 1.400 órdenes de alejamiento (ahora 1.399) con las que se intenta proteger a otras tantas mujeres en Extremadura contra la violencia machista. De ellas, el 20% protegen a mujeres inmigrantes como Nadia y nueve, a niñas menores de 18 años. Pero tal vez no sea suficiente para hacer frente al problema.

Según la información proporcionada por el Ministerio del Interior, el riesgo que una mujer tiene de sufrir una agresión después de haber obtenido una orden de alejamiento se mide por el Sistema de Seguimiento Integral de los Casos de Violencia de Género, al que los agentes pueden acceder a través de la intranet de los cuerpos de seguridad. Esa evaluación consiste en que la víctima y otras personas cercanas como familiares y amigos rellenen un formulario informatizado que asignará automáticamente los niveles de riesgo alto, medio, bajo o no apreciado (sin riesgo). Dependiendo de este, se establecerán las medidas de protección, que el caso de no apreciado --el que tenía Nadia--, "son las mismas que para cualquier otro ciudadano denunciante, al que se informa de los derechos y recursos a su disposición".

¿DECISION ACERTADA? La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, confirmó ayer a este diario que en el caso de Nadia las autoridades habían decidido rebajar el riesgo del nivel medio al no apreciado "porque no existían indicios fehacientes de que el agresor hubiera incumplido la orden". Explicó que el maltratador seguía teniendo contacto con su hija, de ocho años, y que aún así, no existían indicios de incumplimiento puesto que era la hermana de la víctima la encargada de llevar y recoger a la menor cada vez que era necesario.

El agresor había estado ingresado en un psiquiátrico por intento de suicidio y aunque varios vecinos de la víctima declararon ayer que este había molestado a Nadia en algunas ocasiones, al no existir denuncia, según Pereira, esto no se puede valorar. Y el resultado final es que una mujer que según las autoridades no tenía prácticamente riesgo de sufrir una agresión, terminó siendo asesinada a manos de su exmarido.

Por este motivo, Marisa Tena, abogada y miembro de la asociación de mujeres Malvaluna, asegura que el sistema informático utilizado ahora "no es suficiente para calificar el riesgo al que se expone una mujer, aunque en este caso pueda ser lícito que se haya rebajado el riesgo al no existir indicios de incumplimiento de la orden". Por ello Tena aboga por que las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado apuesten además por trabajar con las denominadas mesas de coordinación, en las que también intervienen los ayuntamientos y otros colectivos más cercanos como las asociaciones de mujeres, "que inspiran más confianza a las víctimas para contar cosas que no cuentan a la Policía".

De igual forma, Tena también criticó que el Ayuntamiento de Badajoz no cuente con un programa específico de igualdad. "En Badajoz capital ahora no existe nada, solo la casa de acogida para las mujeres maltratadas".