El eterno problema de la financiación de los ayuntamientos, unido al auge del sector inmobiliario, ha provocado que en los últimos años la presión fiscal que los municipios ejercen sobre sus vecinos se haya disparado. En el caso concreto de Extremadura, en los últimos cinco años los impuestos locales que pagan los habitantes de las 14 localidades de más de 10.000 habitantes han aumentado nada menos que un 43,25%, según se desprende del último informe sobre financiación local elaborado por el Ministerio de Economía.

Pero ese crecimiento no ha sido igual en todos los municipios. Tanto es así que si en el 2001 la diferencia entre la ciudad con mayor presión fiscal --entonces era Cáceres-- y la que tenía menos impuestos --Coria-- era de unos 220 euros anuales por habitante, actualmente esa distancia --entre Mérida y Coria-- supera los 476 euros.

En esa clasificación, los ayuntamientos extremeños que en estos momentos cobran más impuestos a sus vecinos son los de Mérida (con 643 euros por habitante y año) y Almendralejo (534,8 euros). Les siguen los consistorios de Cáceres (521,48) y Zafra (446,79), mientras que en el extremo contrario se sitúan Coria (202,6) y Talayuela (202,6).

VIA DE FINANCIACION En el conjunto de estos 14 municipios de la región los vecinos tuvieron que pagar el año pasado una media de 414,75 euros en concepto de tributos locales, un capítulo en el que se incluyen los impuestos directos e indirectos, las tasas y otros (las multas). En total estos ayuntamientos recaudaron en el 2006 nada menos que 216,8 millones de euros por esta vía por los 142,55 millones que recibieron durante el 2001.

El aumento de los tipos aplicados y, sobre todo, el auge del sector inmobiliario han impulsado esta espectacular evolución. Y es que hay que tener en cuenta que el 20% de los ingresos de los ayuntamientos proceden ya, de una u otra forma, del sector de la construcción.

El crecimiento de la presión fiscal no ha sido similar y la brecha se ha agrandado en este periodo, hasta el punto de que se producen diferencias de hasta un 285% según la localidad en la que se vida. Y eso no depende únicamente del tamaño del municipio, puesto que, por ejemplo, un vecino de Mérida debe pagar cada año cerca de 280 euros más de uno de Badajoz, 325 más que uno de Don Benito o 476 más --la mayor diferencia-- que uno de Coria.

En cuanto a la evolución de esta presión fiscal municipal a lo largo del último quinquenio, los datos del Ministerio de Economía revelan que Almendralejo --que ingresa ahora un 92% más por impuestos que en el 2001--, Mérida (con un 81,1% de incremento) y Miajadas han sido los ayuntamientos más activos en este sentido.

CASI ´CONGELADOS´ Por el contrario, otras localidades tienen estos ingresos casi congelados , con un aumento inferior al 15% en estos cinco años. Es el caso de Olivenza, Navalmoral de la Mata y Plasencia.

Estas enormes diferencias sederivan de dos aspectos principales,como son el crecimientoeconómico de las ciudades –amayor dinamismo empresarial einmobiliario, mayores ingresostributarios– y los tipos que seaplican sobre los diferentes impuestos.En este sentido, hay que teneren cuenta que hay algunas tasase impuestos en las que los consistoriostienen un amplio margende maniobra que unos optanpor aplicar y otros no. Es elcaso, por ejemplo, del impuestode circulación, cuyo importe entreunas y otras ciudades españolaspuede llegar a variar en hastaun 300%.