«Yo decía: ‘Servicios mínimos Pub Maribel’. Los piquetes vinieron a darme un discurso y al final se lo di yo a ellos. Porque yo estaba a favor de la huelga, iba a cerrar el bar, pero entonces me dijeron que estaban entrando en otros bares rompiendo vasos, y decidí que ya no cerraba. Le dije a mi camarero que se fuera, pero quiso quedarse conmigo. Y el mío fue el único bar que permaneció abierto». Así narra su experiencia Maribel Corrales, que estaba al frente del mítico Pub Maribel de La Madrila de Cáceres. «Al final había más de 300 personas dentro del bar, entre los piquetes y los curiosos, que venían a ver qué pasaba, pero no hubo ni un altercado».