Los sindicatos mayoritarios de la región coinciden en que la economía sumergida se ha convertido en un refugio para muchas personas que han perdido su empleo o que no tienen suficientes ingresos para seguir adelante y necesitan un sobresueldo. Sin embargo, también creen que hay muchos empresarios que están pescando en el río revuelto, y que utilizan su posición y el "miedo a caer en el paro".

Así lo indica Miguel Coque, responsable de Empleo de CCOO en Extremadura, quien afirma que "los malos empresarios están aprovechando que el Jerte pasa por Plasencia para achuchar las condiciones laborales". Ahora cree necesario empezar una "persecución" contra todos, patronos y trabajadores, que defrauden a la hacienda pública, aunque considera que deben ser los primeros quienes carguen con un mayor peso de la responsabilidad, porque son quienes "tienen la sartén por el mango".

Desde UGT, la secretaria de Acción Sindical, Rosario Riñones, lamenta el incremento de las cifras de economía sumergida debido a que genera una gran indefensión a los empleados, que no cotizan por su esfuerzo y quedan fuera de las prestaciones sociales a las que da derecho el trabajo, pero también porque en estos casos las condiciones de seguridad no son las idóneas y los accidentes se multiplican.