Mil parejas extremeñas en busca de un sueño tan simple como complicado: tener un hijo. Un deseo que a menudo se convierte en misión casi imposible por bromas amargas del destino o simples problemas médicos tan complicados como difíciles de detectar.

Aunque son cerca de un millar las parejas con problemas a la hora de lograr descendencia, las estimaciones del Servicio Extremeño de Salud apuntan que hay alrededor de quince mil mujeres en Extremadura que tienen dificultades para quedarse en estado . Ante esto lo primero es lograr un diagnóstico claro.

Y es que antes de acceder a un tratamiento de este tipo hay que estar seguro de que hay un problema de infertilidad en la pareja, algo que según la Organización Mundial de la Salud ocurre cuando "hay incapacidad para concebir a pesar de cohabitar sin protección durante doce meses". tras los estudios previos el equipo médico decide si es necesario acceder a la fecundación in vitro o la microinyección espérmica o si basta con la inseminación artificial.

Aunque a veces se confunde, la inseminación artificial consiste en inyectar espermatozoides a través del cuello uterino, mientras que la fecundación in vitro es la fecundación, fuera de la mujer, de uno o varios óvulos, siendo, por lo tanto, una técnica mucho más complicada.

Someterse a la inseminación artificial no es sinónimo de éxito, ya que, como demuestran las estadísticas, la técnica sólo funciona en el 42% de los casos. Además, normalmente se realizan hasta seis intentos, puesto que a partir de esta cifra las posibilidades de que se produzcan un embarazo se reducen considerablemente.

Además, una de las características singulares de esta técnica es que aumenta en tres puntos la posibilidad de un parto múltiple, que se produce en siete de cada cien casos. Los resultados de la prueba se conocen muy pronto, y entre 15 y 17 días ya se puede saber si se ha logrado provocar un embarazo.

PROCESO COMPLEJO

Por lo que se refiere a la fecundación in vitro , hay que extraer los óvulos, u ovocitos, de la mujer en un quirófano, desde donde se trasladan a un laboratorio. Allí se fecundan artificialmente y se consiguen embriones que se desarrollan en el laboratorio durante unos días, transcurridos los cuales se devuelven al útero maternal, ya con un pequeño ser dentro de ellos.

Una de las modas a las que tiende la sociedad actual es la de las madres solteras que desean tener un hijo. Para ello pueden acceder a los bancos de semen que hay, especialmente, en Madrid, Cataluña y el País Vasco.

Todas estas posibilidades dibujan el marco de la reproducción asistida en Extremadura, una técnica que cada vez es más demandada.