El arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, ha rogado hoy a la Virgen de Guadalupe para que guíe a los creyentes y que estos puedan vivir la fe cristiana sin complejos, ya que su debilidad no está en los "ataques de los que no nos quieren" sino en la desconfianza en la Iglesia.

Braulio Rodríguez ha presidido hoy en la Basílica de Guadalupe el acto religioso con motivo de la festividad del Día de Extremadura, ya que tanto esta población como otros treinta pueblos extremeños de la zona pertenecen a la diócesis toledana pese a la reivindicación histórica que se ha hecho desde Extremadura.

El arzobispo de Toledo, que como suele ser habitual no ha hecho mención alguna a esta reclamación en su homilía, ha estado acompañado en la celebración eucarística por el arzobispo de Mérida-Badajoz, Celso Morga; el obispo de Coria-Cáceres, Francisco Cerro, y el de Plasencia, Amadeo Rodríguez.

Entre los asistentes al acto estaban el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, y algunos de los consejeros de su gobierno; la delegada del Gobierno, Cristina Herrera; el presidente del PP extremeño, José Antonio Monago, y el secretario general de la Conferencia Episcopal, el extremeño José María Gil Tamayo.

Como es tradicional, miles de peregrinos llegados desde distintos puntos de Extremadura y España han acompañado a la virgen y seguido la misa, dentro y fuera de la basílica.

El arzobispo, que ha recordado que hasta el 8 de septiembre de 2016 se podrá disfrutar del año jubilar guadalupense tras la apertura de la Puerta del Perdón del monasterio, ha instado "a poner toda la devoción y cariño en la virgen que cada uno posee de niño y celebrar esta fiesta como corresponde".

Ha añadido que los católicos necesitan "de la pequeñez y humildad" de la Virgen del Guadalupe "para descubrir a Dios y su palabra en nuestra vida", ya que en ocasiones "estamos asustados porque nos ponen dificultades desde fuera, desde la cultura dominante".

"Pensamos que no hay lugar en la sociedad para vivir dignamente nuestra fe, no es verdad, nuestra debilidad no está en que nos ataquen los que no nos quieren, está en que no vivamos la fe cristiana como un acontecimiento, en desconfiar de la iglesia y nos entran complejos".

Por ello, ha pedido a la Virgen de Guadalupe que en el curso pastoral que comienza para conseguir "la alegría de pertenecer a la madre iglesia".

Según ha dicho, el Papa no quiere que nadie quede excluido de su misericordia y por ello el año jubilar es una ocasión única para vivirla.

En este sentido, ha rogado "para que el amor llegue a toda la humanidad, a los más tristes y que nada tienen, defendiéndonos de la guerra y del odio, del desamor y aislamiento, solo en nuestro propio interés y acoger a quien lo necesita y ya sabéis quien lo necesita".

El acto religioso de Guadalupe pone el broche a los actos con motivo del Día de Extremadura, que ayer vivió los actos institucionales, tanto el político que tuvo lugar por la mañana en el Parlamento regional, como el de entrega de las Medallas de Extremadura, por la tarde en el Teatro Romano de Mérida.