Joven, mujer y en un ministerio inútil para muchos, Bibiana Aído ha sido una de las ministras más vapuleadas de la historia, especialmente porque Zapatero decidió que ella desarrollara la ley del aborto. Ella se ganó parte de las críticas con algunos traspiés, como su defensa del vocablo "miembra". Pero, ajena a los reproches, su trabajo se ha distinguido por la defensa de las víctimas de la violencia machista y de la explotación sexual. P. MARTIN