¿Han influido los atentados del 11-M en la forma de ver al colectivo musulmán? Extremadura es una de las zonas españolas en la que menos capítulos de racismo y xenofobia se producen, según los colectivos de inmigrantes de la región, que coinciden en señalar que los atentados de Madrid dejaron un poso de desconfianza entre muchos extremeños.

Silvia Moyano, presidenta de la Asociación Extremeña Tods Iguales, Tods Legales de Badajoz, recuerda que en la capital pacense ocurrió algo curioso: "Unos meses después de los atentados llegaron a la ciudad muchas personas del Sáhara para solicitar su residencia permanente y notamos que se produjo un sentimiento de alarma entre los ciudadanos".

Normalmente, insiste Moyano, esto ocurre por la falta de información. Las administraciones, asegura, suelen trabajar con los inmigrantes, pero no lo hacen con la misma intensidad con la sociedad de acogida y la información evita que se puedan producir situaciones no deseables.

"Actualmente, aquí, el tema de ser musulmán representa una gran carga, porque tienen que dar muchas explicaciones", sostiene la presidenta de la asociación, e incide en que la solución para por saber manejar las diferencias culturales y sensibilizar a la población de acogida.

"Por ejemplo, tenemos un gran desconocimiento del Corán y de lo que esa religión dice. En cuanto al integrismo, la idea de ellos es el suicidio para buscar una vida mejor que la que tienen. Hay que trabajar para garantizar la igualdad de derechos, pero trabajar también en los países del sur. Tenemos que construir hacia adelante", advierte.

La mayor concentración de población magrebí se encuentra en el norte de Cáceres. Desde allí, Houria Dkhissi, presidenta de la Asociación Multicultural Nexo de Talayuela, asegura que desde los atentados se ha notado un cambio, aunque reconoce que siempre "se ha mirado de otra forma al colectivo marroquí, había un racismo clasista, no era lo mismo el marroquí pobre que venía a trabajar al campo que el rico".

Para Dkhissi no hay que engañarse, "aquí nunca ha habido problemas, hay convivencia, pero no hay integración, pero es que eso pasa en todos sitios. Se mira con reparo cuando no se conoce la cultura de otros", asegura, tras dejar bien claro que ellos también están "en contra de ese tipo de violencia y eso tiene que saberlo la gente".

Faustin Mbakop, presidente de la Asociación Asterix de Cáceres, señala que quizás la situación fue más tensa unos meses después de los atentados, pero insiste en que con el paso del tiempo todo se ha calmado, algo a lo que han ayudado los medios de comunicación, "que esta vez han hecho una buena labor".

"Sí es cierto que al principio hubo una desconfianza, pero luego la gente se ha dado cuenta de que las personas que llegan aquí a trabajar no tienen nada que ver con aquellos que cometieron los atentados", sentencia Mbakop.

El aniversario que se conmemoraba ayer se vivió con enorme tristeza en la comunidad musulmana. El imán de Badajoz, Addel Mohamed, comentaba que el sentimiento que le produce esta fecha es de "dolor y tristeza", sobre todo porque lo ocurrido hace un año "nos ha dado una mala imagen, aunque no tenemos ninguna culpa, porque los musulmanes nos ponemos codo con codo con la sociedad española, en contra de todo lo ocurrido".

El imán de Badajoz señala que lógicamente quienes más han sufrido estos atentados han sido las víctimas y sus familiares y después "los musulmanes y el Islam", que "han salido muy perjudicados, por el hecho de que los autores están relacionados con la religión musulmana". A pesar de esta certeza, dice que nunca en Extremadura se han sentido discriminados tras lo ocurrido "porque nosotros siempre nos ponemos enfrente de cualquier agresión".