Con olor a nueva , EL PERIODICO estrena el primer tramo de la A-58 (Trujillo-Cáceres) abierto al tráfico. El objetivo es comprobar cuáles son las diferencias entre la nueva variante y los anteriores accesos para llegar desde la A-5 (Autovía del Suroeste) a la N-521 (dirección Cáceres), y que en todo caso obligaban a pasar por el casco urbano trujillano. Si vamos en dirección Badajoz, la salida desde la A-5 precede a cualquiera de las que había que usar antes. Así, nos incorporamos a la nueva autovía y un primer cartel sitúa a Cáceres a 46 kilómetros. Ni un solo bache perturba nuestro camino y hemos alcanzado los 120 kilómetros por hora. De hecho, alguna excavadora en el entorno evoca las recientes obras. Enseguida, una señal avisa de la salida al Parque Nacional de Monfragüe. Se trata de la misma que permite ir a Plasencia, Huertas de Animas y Trujillo Norte, así como cambiar de sentido. Una silueta de Trujillo distinta, plenamente medieval, se percibe a la izquierda. La siguiente salida es la nuestra y, de hecho, unos bloques cortan el carril izquierdo, ya que la autovía (por ahora) finaliza ahí. Se trata del enlace con Cáceres y Trujillo Oeste, a los que se accede desde una rotonda. Seis minutos. Por MARTA F. MAESO

Afrontamos el recorrido por el centro de Trujillo. Abandonamos la autovía del Suroeste (Madrid-Badajoz) en la salida 250 hacia Trujillo. Seguimos las indicaciones hacia Cáceres. Un letrero nos dice que a Trujillo faltan 4 kilómetros y a Cáceres, 48. Dejamos atrás una gasolinera y superamos el letrero de entrada en Trujillo. A nuestra izquierda dejamos el Hotel Las Cigüeñas. Poco después de dejar a la izquierda una gasolinera, giramos a la derecha siguiendo las indicaciones a Cáceres. Estamos en la calle de la Merced. Pasamos por delante del Hotel Victoria y enlazamos con la calle Encarnación. Llegamos a un stop. Hay poco tráfico y en unos segundos superamos el stop. Seguimos recto. Estamos en el Paseo Ruiz de Mendoza y dejamos a nuestra derecha el restaurante Sandra. Seguimos por la avenida Ramón y Cajal, que en esta ocasión será nuestra salida de Trujillo. Dejamos a nuestra izquierda el campo de fútbol y una subestación eléctrica. La ciudad queda atrás. En poco tiempo estamos en la rotonda que da acceso a la nueva variante y a la Nacional 521. Desde que dejamos la A-5 han pasado 12 minutos. No hemos encontrado ni retenciones ni obstáculos. Ha habido suerte. Por JUANJO SANCHEZ