La cosa continúa, esto es, la campaña del PP. Y continúa con la misma "cosa", es decir, el desempleo, "la herida por la que sangra Extremadura" y la primera razón por la que los populares quieren conseguir los máximos votos posibles este domingo.

A menos ya de una semana para elegir en las urnas al presidente que remonte la región y ponga fin a la crisis, al líder al Partido Popular, José Antonio Monago, ya le ha tocado afrontar uno de los momentos más duros como futuro presidente, si así lo dicen las urnas, y como el ciudadano normal en el que quiere convertirse de nuevo tras servir a los extremeños si así fuera, una muerte, la de una persona allegada --integrante de la familia del PP-- en trágicas circunstancias.

Tras la jornada de luto del sábado, el décimo día de campaña amaneció con el mismo sentimiento de tristeza y con la misma entrega en esta carrera. Era la última despedida a Juan Carlos Marcos y sus compañeros de partido no podían faltar. La Iglesia de la Asunción de Robledillo de Gata se quedó pequeña para decir adiós a otro hombre "valiente", como Monago también se define.

Tras el funeral, la furgoneta de campaña viajó hasta Cadalso, donde el líder, como buen aficionado a la fotografía, aprovechó el agradable paraje de las piscinas naturales de la zona para almorzar y de paso inmortalizar varios paisajes. Después, siendo 15 de mayo, tocó paseo por la romería de San Isidro de Valencia de Alcántara, tras la petición del candidato popular, y degustar un helado y un café en Salorino mientras conversaba con su alcalde.

No fue el único cargo popular con el que charló el líder ayer. A media mañana Esperanza Aguirre abrazaba a Monago vía telefónica, para inyectar más ánimo al candidato en estos últimos días. También el líder nacional, Mariano Rajoy, telefoneó a Monago, previo sms al responsable de prensa del partido regional. Esta vez la llamada era para saber del militante fallecido y transmitir, en su nombre, el pésame a la familia.

Y para poner fin a la jornada, Monago, en zapatillas y con un polo azul corporativo, protagonizó el habitual foro abierto, esta vez en Trujillo --para arropar también al candidato local, Alberto Casero--, con sus cosas habituales: besos, abrazos, sonrisas, merchandising variado, pocas preguntas del público y un resumen de las razones por las que quiere ser presidente. En el escenario hubo tiempo para recordar a Juan Carlos con un caluroso y espontáneo aplauso del público, contar, por si alguien aún no lo sabía, el número de extremeños que "trabajan en el alambre" y anunciar la clave del desarrollo de esta región, la agroindustria.

También detalló una de sus primeras actuaciones si se convierte en presidente: crear el G-7, una alianza regional conformada por académicos, empresarios, sindicatos,... que trabajen para impulsar las políticas de austeridad, eficiencia y ahorro en las siete consejerías que conformarían su gobierno y establecer un fondo de garantía con un 2% del presupuesto "para responder a las necesidades sobrevenidas". Acordándose de los últimos ataques de su adversario en esta pista, puntualizó que "el PP no hará recortes en Educación y Sanidad porque ya los ha hecho el PSOE". Así llegó el fin a un largo día de campaña, que sumó 700 kilómetros, y que continúa hoy con Monago y sus cosas.