En el panorama autonómico español conviven las decisiones de determinados gobiernos regionales de bajar o incluso suprimir determinados impuestos (como el de sucesiones) con la solicitud permanente de más recursos al Estado. El ministro de Industria, José Montilla, ha afirmado que "no es de recibo" que determinadas comunidades --en referencia a las gobernadas por el PP-- "aprovechen su capacidad normativa para reducir o eliminar impuestos y a continuación se presenten ante el Estado diciendo no tengo dinero".

Para Montilla, esa actitud es "poco sostenible, poco solidaria y políticamente poco presentable", además de "atentar contra el sentido común". Según el ministro, el Gobierno no está invitando a las autonomías a que suban los impuestos, sino que eso "dependerá de cada una".

En cualquier caso, señaló que "se está trabajando en documentos bilaterales" tanto en materia de financiación sanitaria como para establecer los criterios de la reforma de la financiación autonómica para llegar a la reunión de la Conferencia de Presidentes "con una parte del trabajo hecho".

Estas palabras han desatado la ira de algunos presidentes autonómicos del PP. El presidente de Baleares, Jaume Matas, afirmó ayer respecto a la posibilidad de que el Gobierno vincule la aportación de más fondos para paliar el déficit sanitario al incremento por parte de las comunidades de sus impuestos que no le parece "nunca una buena noticia" que se obligue a subir los impuestos.

El exsecretario de Estado de Hacienda Enrique Giménez Reyna calificó de "inadecuado" el mensaje del Gobierno central de que inyectará dinero adicional para sanidad "sólo en aquellas comunidades que eleven sus impuestos", lo que supone "forzar a las autonomías".