Convertir a Extremadura en un referente en el ámbito de la energía renovable es una de las obsesiones de Guillermo Fernández Vara desde que preside la Junta. Tenemos sol, agua, tierra. No hay excusas para dejar pasar lo que se cree una gran oportunidad de negocio y riqueza. El programa del PSOE extremeño asume el compromiso (fijado en la UE) de que el 12% de la demanda energética total se cubra con fuentes de este tipo en el 2010. Pero la Administración extremeña no ha dejado de marcarse nuevos objetivos, cada vez más ambiciosos, que ya pasan por lograr que el 80% del consumo de energía eléctrica sea producida de esa forma.

No en vano, la meta electoral ya fue superada ampliamente hace dos años, tras el boom que inicialmente experimentaron las fotovoltaicas desde el 2007. A este le seguirá el de las termosolares, tras el visto bueno del Gobierno central a la puesta en marcha (con su inclusión en el registro de instalaciones de energía de régimen especial --es decir, subvencionada) de 19 termosolares (cada una con una potencia instalada de 50 MW).

En el 2008 la producción de energía renovable (1.616 GWh, contando con las centrales hidroeléctricas) supuso casi el 15,1% del consumo de energía total de Extremadura y el Ejecutivo regional prevé que se doblará en el 2012, de modo que Vara cumplirá sobradamente su sorpresa. El nuevo objetivo de la UE, fijado en la Estrategia 2020 , pasa por lograr que la energía renovable suponga el 20% de todo el consumo y el 40% del de la energía eléctrica.

Si solo se tiene en cuenta la demanda eléctrica, Extremadura ya está cerca de alcanzar ese 40% (en el 2008 se quedó en el 31,8% y la previsión para este año es que se incremente hasta el 74,9%). Por ello, la Junta ha decidido ser más ambiciosa y en un acuerdo con sindicatos y patronal el año pasado elevó los propósitos de generación de renovables al 32,8% del consumo de energía bruta y al 58,5% del de energía eléctrica en 2012.

Pero la revolución renovable de la región es tal que recientemente el consejero de Industria, Energía y Medio Ambiente, José Luis Navarro, ha vuelto a redefinir el segundo objetivo y esta vez lo ha ampliado hasta el 80% en el 2014. Entonces, prevé que en la región haya instalada una potencia de 1.952 MW en renovables (520 en fotovoltaicas, 400 en eólicos, 950 en termosolar --los de las 19 centrales autorizadas--, y 82 en el resto de tecnologías).

De todos ellos, los que están más en el aire --valga la ironía-- son los eólicos, ya que ninguno de los 22 proyectos aprobados por la Junta y que supuestamente iban a empezar a construirse este año ha logrado la inscripción el registro del Gobierno central, según se supo en enero. No obstante, la mayoría de las empresas ha confirmado la continuidad de sus iniciativas, para las que la Junta pedirá el 2012 como fecha de puesta en marcha.

Más despejado está el horizonte para las 19 termosolares que han logrado el registro --dos de las cuales están en funcionamiento y cuatro en construcción--, aunque también estuvieron en crisis en octubre, cuando el Senado aprobó una iniciativa de CIU que restringía el acceso a las primas por renovables y podía perjudicar a muchas instalaciones de este tipo, algunas incluso ya en obras. El apoyo del PSOE a dicha moción fue muy criticado por la oposición en la región, por ser esta una de las más afectadas, si bien la semana siguiente la propuesta se retiró.