"Muchos clientes se acercan preguntando qué hacen, si cambian los radiadores,.... A dos de ellos ya se los hemos desmontado", declara Javier Expósito, tesorero de la junta directiva de la Asociación Empresarial de Instaladores Electricistas y de Telecomunicaciones de la Provincia de Cáceres (Asemiet). Según detalla, hasta el cambio de tarifas --desde el año pasado ya no pueden darse nuevas altas-- este tipo de instalaciones "era bastante habitual hacerlas, aunque últimamente le habían comido bastante terreno los radiadores de termofluidos o calor seco", otro sistema, agrega, cuya comercialización se ha visto muy afectada por la desaparición de la tarifa nocturna.

Instalar en una vivienda este tipo de calefacción puede costar en torno a los 3.000 euros (con cinco o seis acumuladores) y su periodo de amortización, calcula Expósito, puede ser de "unos seis o siete años".

Este responsable de Asemiet explica que, si el cliente no hace ninguna variación en sus equipos o en su instalación, la potencia que tendrá que contratar puede pasar de 5 a 17 kilovatios. En este sentido, explica que hay dos alternativas, pero ninguna de las dos es del todo satisfactoria. Por un lado, instalar un doble circuito en la vivienda para, aprovechando el mayor número de horas valle, cargar sucesivamente los aparatos.

Sin embargo, en el mismo momento en que uno de estos equipos termina de cargarse ya empieza a perder energía, con lo cual, si el proceso se completa de madrugada, para cuando llegue la hora de encender la calefacción puede estar ya bastante descargado. La otra opción es quitarle resistencias para bajar la potencia, lo que "no dará el calor suficiente para calentar los ladrillos" (estos equipos llevan unos ladrillos refractarios en su interior que se van calentando por la noche y que luego emiten ese calor a lo largo del día).

Aun así, recuerda, la potencia contratada sería de unos 9 kw, que se estarían pagando todo el año, incluidos los meses que no se emplee la calefacción. Si a pesar de todo, el usuario se decide a hacer estos cambios, pueden suponerle entre trescientos y seiscientos euros.