Una niña de tres años murió en la noche del domingo en la localidad pacense de Talarrubias con síntomas de que la causa de la muerte hayan sido los malos tratos. La niña, hija de un matrimonio de rumanos, ambos de 18 años, ingresó cadáver en los servicios de Urgencias del hospital Siberia-Serena, sito en el mismo municipio de Talarrubias, alrededor de la media noche del domingo. Los sanitarios que atendieron el caso dieron la voz de alarma ante la presencia en el cuerpo de la niña de diversas heridas y hematomas, sospechosas de que la víctima hubiera sufrido malos tratos.

Según informó ayer la Delegación del Gobierno, los sanitarios avisaron a la Guardia Civil local, que se personó en el centro sanitario y más tarde, ante las señales que presentaba el cuerpo de la niña, pusieron el caso en conocimiento de la autoridad judicial, que ordenó la detención de sus padres, vecinos desde hacía una semana de Talarrubias. Se trata de V. P. y CR. A. G. y se les considera "posibles autores de un delito de malos tratos en el ámbito familiar". El cadáver de la víctima fue trasladado a Don Benito, donde se le practicó la autopsia.

Los detenidos estuvieron la noche y todo el día de ayer recluidos en el cuartel de la Guardia Civil de Talarrubias, y previsiblemente hoy serán puestos a disposición del Juzgado de Herrera del Duque. No obstante, alrededor de las cinco de la tarde y, según informa la agencia Efe, "tras conocerse los resultados de la autopsia", fueron conducidos, esposados y escoltados por agentes de la Guardia Civil y de la Policía Científica, a la casa donde presumiblemente ocurrieron los hechos. Fueron llevados por separado, primero el padre y después la madre, y con la intención de reconstruir lo ocurrido en la vivienda, que desembocó en el fatal desenlace.

V.P. y CR. A. G. tienen otra niña de año y medio, que ha sido trasladada al centro de menores Pedro Valdivia de Villanueva de la Serena, donde permanecerá acogida por la Junta hasta que se concluya la investigación que se mantiene abierta para el esclarecimiento de los hechos, en el caso de que sus padres queden libres de culpa, o por tiempo indefinido.

DESDE SIRUELA No es la primera vez que la Junta de Extremadura tiene noticias de esta familia y de que la niña ahora fallecida ha sufrido malos tratos. Pero, a diferencia de lo que se sospecha en esta ocasión, el maltrato no habría sido infligido por sus padres, sino por su abuela. Así, según una nota de la Dirección General de Infancia y Familia de la Junta, este organismo había actuado ya --y también a instancias de la Guardia Civil--, la cual había presentado una denuncia que señalaba a su abuela como la que infligía el maltrato. Los hechos habrían ocurrido en Siruela, donde se encontraba la abuela de los pequeños, que los tenía a su cargo mientras sus padres, los ahora detenidos, se encontraban en Sevilla trabajando. Tras la denuncia, la Dirección de Infancia y Familia se hizo cargo de las dos niñas, ingresándolas en un centro de acogida, y se puso en contacto con los padres, a los cuales se les informó de lo sucedido.

La nota remitida por la Junta destaca que los padres accedieron en todo momento a las condiciones exigidas por los especialistas en menores del Gobierno regional destinadas, por un lado, a atajar los malos tratos y, por otro, a que pudieran volver a reunirse con los hijos. Entre esas condiciones estaba el trasladarse de domicilio para alejarse de la abuela. Fue en estas condiciones, y bajo un clima de colaboración, como V.P. y CR. A. G. se trasladaron a Talarrubias, donde se empadronaron hace apenas una semana, y donde los Servicios Sociales de Base le hacían un seguimiento. La última vez que mantuvieron contacto con estos servicios fue el pasado viernes, día 2, cuando la madre fue al Centro de Salud de Talarrubias para solicitar la tarjeta sanitaria.

La Junta, en este sentido, asegura que el seguimiento a los padres ha sido "riguroso" y que colaboraron en todo momento con el equipo del Programa de Familias y con los Servicios Sociales de Base municipales, quienes supervisaron y analizaron de manera exhaustiva la idoneidad de los progenitores, que "nunca dieron muestra de actitud violenta con sus hijas".