Nadia Sabir era natural de Casablanca (Marruecos), de una familia pudiente con varias hijas y un hijo. Además de Nadia, otra de las hermanas vive en Badajoz y tiene otras en Málaga, Francia y el resto en Casablanca. Según contó una amiga, era una mujer formada, hablaba cuatro idiomas: francés, inglés, marroquí y castellano. En Badajoz se dedicaba esporádicamente al servicio doméstico y cuidar niños. Las madres que coincidían con ella en el colegio Luis Vives dicen que era una mujer "muy simpática" y volcada en su hija.