La prensa mundial, incluida la holandesa, fue unánime: España fue merecedora del título de campeón del mundo. Y los más diversos testimonios, desde los políticos hasta los deportivos, también coincidieron.

Caso muy especial fue el de América. Desde Alaska hasta Tierra del Fuego, todo el continente amaneció ayer rendido al éxito de la selección española de fútbol que este domingo conquistó el Mundial de Sudáfrica, una victoria muy celebrada por aficionados, expatriados, prensa, presidentes y otras personalidades de este lado del Atlántico.

En Brasil, una de las principales potencias futbolísticas del continente, la prensa se congratuló de la victoria española por 1-0 ante Holanda, en "un partido dramático, violento y decidido apenas en la prórroga", informa Efe.

"La conquista de España, conforme a la previsión del pulpo Paul, no fue fácil. A pesar de tener el peor ataque de todos los campeones, con apenas ocho goles, presentaron un fútbol de conjunto, con toque de pases, y tuvieron que superar la violencia holandesa para conquistar la copa", dijo, por ejemplo, Folha de Sao Paulo.

Tras el partido final, miles de brasileños, españoles residentes en el gigante sudamericano y sus descendientes y amigos abarrotaron las playas de Río de Janeiro e improvisaron una alegre fiesta para celebrar el título del conjunto ibérico, que, por momentos, parecía montada para el equipo local.

La presidenta de Argentina, de visita oficial en China, se saltó el protocolo para felicitar a España por el triunfo y dijo que estaba alegre porque su familia tiene orígenes españoles y que una importante parte de la población argentina proviene de emigrantes de ese nación.

Muestra del afecto del país sudamericano hacia su antigua metrópoli fue la marea roja de cientos de miles de personas que en la noche de la final llegó al Obelisco porteño, el monumento más emblemático de Buenos Aires, para celebrar el triunfo.

Un mar de banderas españolas y gritos de "Campeones, campeones", "Me dicen el matador, nací en España", "España, España" y "Villa, maravilla" inundaron el corazón de la capital, mientras miles de automovilistas hacían sonar sus bocinas.

La prensa argentina no faltó a la celebración y saludó el título antes de destacar el "genio" de Andrés Iniesta para destrabar un partido que definió como "no apto para cardíacos".

México, de rojo y amarillo

Los españoles que viven en México y miles de nacionales dieron rienda suelta a su alegría y celebraron con sidra, vino y música en la mexicana Plaza de la Cibeles, una réplica de la de Madrid, que se tiñó del rojo y amarillo de camisetas y banderas y gritos de "¡Qué Viva España".

Los españoles de Estados Unidos conmemoraron en las calles de las mayores ciudades del país la victoria de España en el Mundial de Fútbol con banderas "rojigualdas", canciones y hasta gaitas. Vieron el partido en bares y ante pantallas instaladas al aire libre.