Me llamo Jesús Castañar Pérez, aunque todos me llaman ´Chuchi Zamarra´, soy natural de Villanueva de la Vera, en Cáceres, y activista de la Alternativa Antimilitarista-Movimiento de Objeción de Conciencia. En su día me declaré insumiso, es decir, objetor de conciencia desobediente al servicio militar, aunque afortunadamente no me encarcelaron, como a tantos compañeros a los que tuve que visitar en la cárcel militar. Ahora voy a Irak para actuar como escudo humano, para tratar de detener con mi cuerpo la maquinaria de guerra del capitalismo más salvaje".

Así iniciaba Chuchi su carta de despedida hace dos semanas, poco antes de partir en una de las caravanas de escudos humanos que ya están en Irak para intentar detener un posible bombardeo, porque está convencido de que los conflictos "se deben dialogar, regular y resolver de manera pacífica".

Chuchi Zamarra , apodo que le viene por su abuelo, es un pacifista amante de la música. Toca el violín en el conocido grupo extremeño de música folk El arroyo de los cagaos y ahora vive cerca de un lugar en el que las libertades también están restringidas: Carabanchel.

Si se le pregunta por qué ha decidido convertirse en escudo humano la respuesta es sencilla: "Creo que la no violencia es el único método adecuado para solucionar los conflictos y actuar como escudo humano es un ejemplo magnífico de lo que puede hacer una persona con su cuerpo para parar una guerra". Por eso va a Irak, cuyo régimen dictatorial repudia, para apoyar a su población "en momentos de necesidad".

Chuchi lo tiene claro, y siente miedo porque sabe que podría estar bajo el fuego de una guerra. "El miedo se adueña de mí, pues siento que estoy comenzando a vivir. Pero no podemos dejar que el miedo dirija nuestras vidas, y no podemos recurrir a la violencia para terminar con el miedo, pues a largo plazo el miedo se habrá vuelto contra uno mismo".

Nos ha tocado vivir tiempos de crisis, como a nuestros abuelos y abuelas y como a nuestros abuelos y abuelas nos toca encararlos, asegura este joven extremeño, cuyo empeño es evitar el "dolor global" dejando a un lado la violencia, construyendo un orden social en el que no se manipule la conciencia, en el que cada persona pueda ser libre de participar en la construcción de la vida en común y no se sienta libre hasta que no esté segura de que los demás también lo sean.

Tras la reunión celebrada el pasado fin de semana en Bagdad entre la asamblea de escudos humanos y las autoridades de Irak, la libertad con la que contaban ha cambiado sustancialmente. El régimen iraquí sólo ha dado la posibilidad de que puedan instalarse en cuatro puntos concretos: una potabilizadora de agua, dos centrales térmicas y una refinería.

Quienes no quieran ubicarse en esos puntos tendrán que marcharse y los que quieran permanecer tendrán libertad de movimiento durante el día pero deberán pernoctar en las zonas asignadas.

Jesús Castañar Pérez, alias Chuchi Zamarra , espera que la acción de los escudos humanos lleve al mundo a reflexionar sobre la violencia y sobre las cosas que realmente importan en la vida. "De esta forma, en la próxima guerra será más la gente que arriesgue su seguridad y rompa la barrera del miedo para pararla, hasta que logremos detener esa máquina de sufrimiento que es la racionalidad humana puesta al servicio de la ambición de los poderosos. Podemos cambiar la historia, que no nos detenga el miedo..."