Tres palabras en el lema, la distancia de la música brasileña a la africana, la diferencia entre una fiesta-mitin y una manifestación con fiesta... y poco más de 500 metros. Esto fue lo que separó ayer los actos celebrados por Comisiones Obreras y UGT con motivo del Día del Trabajo.

Pasados unos minutos del mediodía partía una marea roja y malva --"el color de la igualdad"-- del Puente de Lusitania. Era la marcha convocada por CCOO, en las que unas 2.000 personas reclamaban, sobre todo, menos siniestralidad y precariedad laboral. Predominaban las camisetas de color malva hechas para la ocasión y que recordaban las víctimas de accidente laboral.

Entre los manifestantes el grupo Batukatu puso la nota de color con su espectáculo de música y danza caribeña. En la plaza de España, los discursos oficiales, más música... y sobre todo comida (pinchitos sin pincho, panceta y chuletitas) y cerveza.

Allí estaban también los dirigentes de IU y de la CGT, que volvieron a mostrar su rechazo a Refinería Balboa, aunque esta vez sin interferir el acto.

A la misma hora, en el parque López de Ayala (o de Los Enamorados) en torno a 600 personas asistían a una fiesta-mitin en la que pocos minutos después del mediodía ya corrían los pinchitos. Más música --en lugar de caribeña fue africana-- y discursos mientras los asistentes buscaban con ansia la sombra.

En el acto de UGT estuvieron el vicepresidente regional, Ignacio Sánchez Amor, y el secretario regional de UPA, Ignacio Huertas. En el de CCOO, el portavoz parlamentario del PSOE, Luciano Fernández, el exsecretario regional de CCOO, Valentín García, y el excoordinador regional de IU, Manuel Cañada.