Los intentos de integración de cooperativas o empresas del sector agroalimentario para comercializar conjuntamente las producciones en el mercado han resultado fallidos en Extremadura en algunos casos últimamente.

Es lo que sucedió, por ejemplo, con Naturaleza Alimentaria, un proyecto puesto en marcha hace más de un lustro por cinco grupos cooperativos de la región para vender conjuntamente sus productos, y con la industria de jamón loncheado que se proyectó construir en Mérida por nueva empresa extremeñas de productos del ibérico. En ninguno de los dos casos el proyecto llegó a echar a andar.

Hace más de cinco años que cinco cooperativas agrarias de primer nivel en la región --Viñaoliva (Almendralejo), Crex (Valdivia), La Unidad (Monterrubio de la Serena), la Agrupación de Cooperativas del Valle del Jerte (Valdastillas) y Torres del Briz (Almendralejo)-- decidieron crear una sociedad conjunta, denominada Naturaleza Alimentaria, para comercializar de forma conjunta sus producciones.

Las cooperativas integrantes producían fruta, aceite, vino, jamones y embutidos, y barajó incluso la posibilidad de crear una red de tiendas propias para comercializar estos productos.

Naturaleza Alimentaria llegó a tener una sede operativa en Mérida, con empleados, imagen corporativa y marcas propias --La Frutique y Nacero-- pero terminó siendo un fiasco. Por otro lado, el proyecto de industria de jamón loncheado en Mérida formada por empresas del sector no pasó de ahí, a pesar de que hubo hace tres años hasta nueve firmas interesadas en su construcción y de que la Junta anunció su participación en el proyecto mediante la aportación del 49% del capital a través de Fomento de Extremadura (Sofiex).